Nuevos estudios han confirmado lo que algunos jefes de oficinas, responsables de la administración y otros hombres de negocios habían supuesto durante años: trabajar en empleos altamente estresantes puede incrementar la presión sanguínea.
«Hemos encontrado que la exposición acumulada a trabajos tensos trae consigo importantes incrementos en la presión sanguínea en hombres de negocios, especialmente en aquellos con bajos niveles de apoyo social en el trabajo»,
aseguraron la doctora Chantal Guimont, de la Universidad de Laval, en Quebec, y sus colegas en un reportaje publicado este mes en American Journal of Public Health.
En el estudio participaron 6.719 hombres y mujeres de negocios, de edades comprendidas entre 18 y 65 años, en Quebec.
Los participantes completaron un cuestionario sobre su nivel de actividad física, su historial de fumador y otros detalles potenciales que puedan aumentar los riesgos de incremento de la presión arterial o de enfermedad cardiovascular, así como el historial de sus familias y características de su trabajo y vida social.
También se les midió en varias ocasiones la presión sanguínea.
En la segunda etapa, siete años y medio después, los hombres que tuvieron un trabajo altamente estresante a lo largo de todo el estudio tuvieron un presión arterial casi dos puntos por encima de los hombres que no fueron expuestos a esta actividad.
Los hombres con una ocupación más tensa, tenían un 33 % más posibilidades de sufrir un aumento de la presión arterial.
Las conclusiones fueron similares para las mujeres, pero los efectos eran más pronunciados entre los hombres.
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