Según las conclusiones de la Sociedad Argentina de Ginecología y Obstetricia, “En cuanto a la relación entre el trabajo y el embarazo, el consenso se pronuncia en favor del reposo. Para ello, es fundamental reducir progresivamente la cantidad de horas de trabajo físico, según el tipo de trabajo que haga cada mujer. Pero si el trabajo es enérgico y no puede realizarse de otra manera, debería optarse por darle la baja médica”.
La bibliografía científica demuestra que esa reducción del horario laboral previene el agotamiento que se produce por falta de oxigenación adecuada del organismo.
Cuando sobre una mujer pesa una amenaza cierta de dar a luz antes de término, el reposo debe ser obligatorio para cuidar la salud del bebé.
El mejor complemento diagnóstico de la reducción preventiva de la exigencia física es la longitud que alcanza el cuello del útero en el segundo trimestre del embarazo. Una medida inferior a 2.5 centímetros es un indicador seguro de riesgo de tener un parto pretérmino.
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