La globalización económica está impulsando un modelo en el que India se convierte en el proveedor de servicios tecnológicos más importante del planeta. Las previsiones apuntan a que el total de exportaciones en 2010 alcance los 60 billones de dólares
Dos términos son los que actualmente están dirigiendo la economía india hacia los primeros puestos del ránking mundial: outsourcing, o subcontratación, y offshoring, o subcontratación en el extranjero.
Ganesh Prabhu, Director de desarrollo de negocio de WiPro Technologies, define el nuevo paradigma de la siguiente manera: “todo lo que se pueda digitalizar se puede subcontratar, y todo lo que se pueda digitalizar y subcontratar, se puede desarrollar directamente en otro país”. No en vano su compañía, con base en Bangalore (India), aparece en los primeros puestos del ránking mundial de offshoring en cuanto a servicios, desarrollo de software y gestión de call centers.
Cada vez son más las compañías de todo el mundo que apuestan por el llamado Bussiness Proces Outsourcing (BPO), subcontratando la gestión de algunos procesos a empresas especializadas. Según Anju Kumar, agregada comercial de la Embajada de la India en Madrid, “India es responsable de casi el 70% de la industria global en offshore de Tecnología Informática, y casi la mitad de la industria de BPO global”.
El interés de las empresas por este país asiático es cada vez más evidente, como lo demuestra, por ejemplo, la inversión de 6.000 millones de dólares en tres años anunciada por IBM a principios de junio. Este acuerdo se suma a otras inversiones multimillonarias, como la de 3.900 millones de dólares que anunciaron conjuntamente Microsoft, Intel y Cisco Systems.
Nitin Seth, Consultor estratégico de la multinacional McKinsey en India, asegura que el país “cumple con todos los requisitos para liderar el mercado de offshoring mundial”.
Por una parte, India cuenta con abundante talento: produce 200.000 ingenieros, 300.000 técnicos y más de 3 millones de universitarios cada año. A estas cifras hay que sumarles también el hecho de que muchos estudiantes se trasladan a lo largo de la etapa universitaria a los Estados Unidos para completar su formación. No obstante, la agregada comercial de la Embajada de la India en Madrid reconoce que “aunque actualmente el nivel de inversión en educación ya es importante, y se están realizando esfuerzos para incrementarlo, todavía hay que prepararse mucho mejor para el futuro”.
El inglés como idioma oficial proporciona valor añadido a la mano de obra del país
Por otro lado, los costes de mano de obra son mucho más reducidos que en la mayoría de países desarrollados, donde la proporción media se sitúa en 4 veces más de sueldo por la misma tarea.
Talento a buen precio es un fórmula mágica para atraer inversiones extranjeras, aunque “todavía quedan algunos puntos débiles como la escasez de infraestructuras o la herencia de un derecho laboral complicado”, según afirma Rama Velamuri, profesor del IESE.
A pesar de que estas condiciones también se dan en otras economías emergentes como podría ser China, existe un valor diferencial que ha provocado que la externalización de servicios se concentre en India: el idioma. Las empresas anglosajonas que externalizan sus call centers, por ejemplo, necesitan que las personas que vayan a atender a sus clientes hablen a la perfección el inglés, cosa que en China es un hecho poco habitual. Lo mismo ocurre con las empresas de todo el mundo que mantienen relaciones internacionales y que por tanto necesitan que su plantilla, sea de donde sea, domine este idioma.
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