En un estudio científico realizado, aquellas personas con elevadas demandas laborales, y que dijeron tener bajos niveles de aceptación social en la oficina, tendían a tener la presión arterial más elevada que los demás empleados.
Los trabajadores que están sometidos a un estrés constante podrían comenzar a dar muestras de ello en sus mediciones de presión arterial, manifestó un grupo de investigadores.
En un estudio que analizó a más de 6.719 oficinistas durante 7 años y medio, expertos canadienses hallaron que aquellas personas con elevadas demandas laborales, y que dijeron tener bajos niveles de aceptación social en la oficina, tendían a tener la presión arterial más elevada que los demás empleados.
Esa relación fue más fuerte entre los hombres que entre las mujeres. Como grupo, los hombres con altos niveles de tensión laboral tuvieron una presión arterial más alta y mayor riesgo de sufrirla con el tiempo que quienes tenían labores menos estresantes.
Además, el estudio demostró que los hombres y mujeres que dijeron tener poco apoyo de sus jefes y compañeros parecían particularmente vulnerables a que eso repercutiera en su presión.
El estrés puede incrementar la presión arterial al activar los sistemas nerviosos y cardiovasculares. Las pruebas sugieren que los trabajadores crónicamente estresados son más propensos a desarrollar enfermedad coronaria.»Nuestro estudio apoya la hipótesis de que la tensión laboral, particularmente en trabajadores con poco apoyo social en el trabajo, puede contribuir a un aumento de la presión», dijo a Reuters Health la doctora Chantal Guimont, de la Universidad Laval en Quebec.
Muchas investigaciones han examinado anteriormente la relación entre las enfermedades cardiovasculares y la tensión laboral, habitualmente vinculada con situaciones en las que se trabaja con altas demandas psicológicas pero con poca independencia o capacidad para tomar decisiones.
Las pruebas sugieren que los trabajadores crónicamente estresados son más propensos a desarrollar enfermedad coronaria, pero los estudios que se han centrado en los efectos sobre la presión arterial han ofrecido resultados variados.
Teóricamente, el estrés puede incrementar la presión arterial al activar los sistemas nerviosos y cardiovasculares.
Según Guimont, los hallazgos actuales apoyan la idea de que limitar la tensión laboral podría ayudar a reducir la presión arterial en algunos trabajadores
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