La implantación de la «Ley Antitabaco» a comienzos de 2006 ha tenido como efecto «la discriminación del fumador en el ámbito laboral», según el Club de Fumadores por la Tolerancia, que afirmó que los fumadores han visto cómo se les excluye de muchas entrevistas de trabajo por el mero hecho de fumar.
«Cada vez son más las empresas que están incluyendo entre los requisitos para los candidatos a los puestos de trabajo ser no fumador, lo cual es una discriminación, porque una cosa es que no se pueda fumar en el centro de trabajo y otra cosa es contratar o no a una persona por algo que sólo afecta al terreno privado de las personas», apuntó Javier Blanco, portavoz de dicho Club, en declaraciones a Europa Press Televisión.
En este sentido, aseguró que esta ley ha creado en muchos centros de trabajo «una conflictividad laboral» que antes no existía, ya que hay que llegar a acuerdos entre los propios compañeros para compatibilizar los derechos de fumadores y no fumadores.
Asimismo, incidió en lo erróneo de esta ley, ya que tras seis meses en vigor, «la polémica sigue viva». «Todavía se sigue hablando del tema y ésto no ha ocurrido con leyes mucho más importantes como la de educación o como el Estatuto de Cataluña que han creado revuelo, pero una vez aprobada, se calman las aguas», explicó Blanco.
CHIVATOS Desde el Club de Fumadores por la Tolerancia denunciaron que esta nueva legislación crea mal ambiente entre compañeros y «rescata una figura de tiempos de la Inquisición» que es la del chivato.
«Es una ley de muy difícil vigilancia ya que no hay Administración en estos momentos que pueda inspeccionar todos los centros de trabajo para saber si se fuma o no se fuma. Lo que hace esta ley es fomentar que exista el cainismo entre compañeros de empresa, gente que delate a sus compañeros si fuma o no fuma», agregó Blanco.
En este sentido, el portavoz se mostró muy crítico con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero por haber aprobado una ley que creen que coarta la libertad de los fumadores, personas adultas que conocen los efectos nocivos de dicho producto.
«Para un gobierno que ha llegado al poder con la etiqueta de dialogador, tenía que haber impulsado acuerdos a través de convenios colectivos para que se pudiera establecer en cada empresa la forma del uso del tabaco específica para cada empresa», concluyó.
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