La UGT de Granada ha interpuesto 328 denuncias de carácter preventivo (177 ante la Inspección de Trabajo y 151 ante la Fiscalía) por falta de medidas de seguridad tras la inspección ocular de obras en la provincia desde que impulsó, hace ahora un año, su campaña de prevención de riesgos laborales.
Según el balance del sindicato, al que tuvo acceso la prensa, de las 177 denuncias interpuestas en la Inspección de Trabajo, 130 fueron presentadas entre junio de 2005 -cuando puso en marcha la campaña- y diciembre de ese año, y las 47 restantes en lo que va de 2006.
De ellas, 63 están pendientes de resolución, mientras que del resto 29 se resolvieron con acta de infracción, 17 cumplían las medidas de seguridad, 9 se saldaron con requerimiento de subsanación, 5 supusieron la paralización de la actividad y 4 concluyeron con resolución de obra finalizada, según los datos.
Las 50 restantes, hasta sumar las 177 presentadas en la Inspección, no pudieron ser objeto de resolución al no localizarse el centro de trabajo denunciado, según los datos del sindicato.
Ante la Fiscalía, la UGT lleva presentadas 151 denuncias (119 entre junio y diciembre de 2005 y 32 en lo que va de año), de las que todas están pendientes de resolución.
Para el secretario provincial de la sección del Metal, Construcción y Afines de la UGT, Francisco Ruiz Ruano, la situación en la provincia de Granada es «descorazonadora», no sólo por el «injustificable» número de accidentes de trabajo registrados, especialmente durante el año pasado, sino por la «falta de sensibilización» para dedicar recursos humanos y económicos en la lucha contra la siniestralidad laboral.
Para la UGT, la siniestralidad está relacionada con la falta de una adecuada cultura preventiva, lo que a su juicio engloba un «compromiso activo» de los agentes que intervienen en el mundo laboral y de la sociedad en general.
El sindicato plantea la conveniencia de clasificar en tres grupos las personas que deben ser receptoras de una cultura preventiva.
El primero es el formado por niños y jóvenes en edad escolar, para quienes el sindicato demanda un marco docente que permita al alumnado percibir la importancia de la prevención laboral.
El segundo grupo es el de aquellos cuya integración en el mundo laboral se vaya a realizar a corto y medio plazo, para quienes la UGT pide una formación e información adecuada a través de los diferentes servicios de empleo que ofrece la administración.
El último es el de los trabajadores integrados ya en el mundo laboral, para quienes el sindicato demanda formación específica de los riesgos inherentes a su puesto de trabajo, como establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Para el sindicato, ese plan de actuación supondría un «salto cualitativo» en la lucha contra la siniestralidad laboral porque aportaría soluciones a un «problema inmediato», el de la elevada tasa de accidentes laborales, y prepararía a las generaciones que en futuro accederán al mercado de trabajo, según Ruiz Ruano.
Para que cambie la tendencia, el sindicato aboga por la adopción de medidas «estructurales y no coyunturales» en las que se impliquen los empresarios, las administraciones y los ámbitos de la justicia y la enseñanza, entre otros.
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