Los empleados del sector bancario «están expuestos continuamente al riesgo de sufrir un atraco, para lo que no existen criterios de prevención laboral» y que puede causar, en muchas ocasiones, daños físicos y psicolígicos «irreparables», según advierte la Federación de Servicios Financieros y Administrativos de CCOO, COMFIA.
Además, en ocasiones la propia entidad propicia el escenario. La nueva morfología de las oficinas y la «exagerada» limitación de envíos de efectivo por los transportes blindados, «invita» a los delincuentes a efectuar los atracos tanto por las «facilidades» que se les da, como por la esperanza de obtener un buen ‘botín’, al saber que no todos los días se efectúa la retirada del dinero de las oficinas.
Las consecuencias de sufrir un atraco atacan la salud psíquica y física de los empleados, por lo que, a pesar de que este riesgo debe ser considerado como accidente laboral –según el artículo 115.1 de la Ley General de la Seguridad Social– la empresa, en el marco de su política de prevención y salud de sus empleados, «no incluye el atraco en las evaluaciones de riesgo».
Además, las normas del Ministerio del Interior, destinadas a la protección del orden público, «tienen el carácter de mínimas», afirma CCOO. Por lo tanto, el cumplimiento «exiguo» de esas normas no es una imposición, «sino una decisión de la empresa».
EVITAR EL ATRACO
La organización sindical aconseja abrir y cerrar las oficinas acompañados, «ser prudentes» y evitar comentarios sobre el volumen de dinero manejado, para «reducir las probabilidades de que se produzcan los atracos».
Asimismo, recomienda cumplir con las normas internas del Departamento de Seguridad, como no abrir la puerta si suena la señal del detector de metales, «aunque dificulte el trabajo diario» recordando que obviarlas, «puede acarrear sanciones disciplinarias».
No permitir el acceso a la oficina fuera de los horarios establecidos de atención al público y evitar hacer operaciones comprometidas en presencia de personas ajenas a la Entidad (carga de Cajeros Automáticos, apertura de la Caja Acorazada, traslado de fondos, arqueos o recuentos de efectivo) son otras dos de las recomendaciones.
Si a pesar de tomar medidas como las anteriores no evita el atraco, el sindicato aconseja a los empleados permanecer tranquilos y no intentar ser «héroes». Ni tratar de frustrar el atraco, ni hacer nada que pueda provocar la captura de rehenes.
Después del atraco se debe llamar rápidamente al número de asistencia médica de urgencia si ha habido heridos físicos y controlar y atender, en la medida de lo posible, las crisis nerviosas que pudieran surgir entre los compañeros y clientela, según explica.
Acto seguido, llamar al Departamento de Seguridad, a la policía, ya que los empleados tienen la obligación de presentar la correspondiente denuncia. Durante el trámite debe estar presente un apoderado de la empresa, y alguien que asesore a las víctimas durante todo el proceso.
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