Un estudio italiano demuestra que el tabaco afecta más a los desempleados que a las personas que tienen trabajo. La explicación viene de la mano de otros trastornos psicosociales asociados a la falta de actividad laboral
Este estudio confirma que los desempleados fuman hasta tres veces más que las personas con una vida laboral activa. Se sabía que había trastornos psicosociales que aparecían relacionados con la falta o pérdida de trabajo, empezando por el estrés, trastorno por ansiedad, insomnio y otros.
Los doctores De Voglio y Santienllo publicaron en la revista Tobacco Control un estudio psicosocial realizado a más de cuatro mil personas, a las que se les preguntó por aspectos relacionados con su empleo, consumo de tabaco y cuestiones como el estrés o el soporte social.
El 22% eran fumadores y la proporción era mayor entre hombres que en mujeres. Los resultados del estudio mostraron que los desocupados tienen un riesgo tres veces mayor de fumar, incluso después de cruzarlo con factores demográficos como el sexo o la edad.
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