La noción de que estar estresado por el trabajo causa un aumento de la presión arterial no se sostiene científicamente, según un análisis de estudios que ha implicado a más de 100.000 pacientes.
«No hay duda de que en el momento del estrés aumenta la presión,» afirmó el autor del estudio, el Dr. Samuel J Mannm del Weill Cornell Medical College de Nueva York. Pero no existe evidencia suficiente de que este estrés desemboque en una hipertensión crónica. «Lo han intentado demostrar durante 40 años.»
A pesar de que el estrés laboral puede afectar a salud en determinados aspectos, la presión arterial no se encuentra dentro de esta lista. «Existe una sólida relación entre la tensión en el trabajo y las cefaleas tensionales, la ansiedad y la depresión,» comentó Mann. «Si alguien sufre cefaleas diarias por este motivo, no puede dormir y se muestra ansioso, esa persona debería cambiar de trabajo.»
En el análisis de Mann se revisaron 48 estudios que apoyaban la existencia de tal asociación. Según el autor, muchos de ellos tenían importantes defectos. Por ejemplo, había algunos que sólo se basaban en la presión diastólica (el número más bajo de la lectura de la presión), dejando de lado la sistólica. Otros sólo hallaron una relación entre el estrés laboral y la hipertensión en un pequeño subgrupo de individuos estudiados, unos subgrupos que variaron d eun estudio a otro. Otros, por su parte, se fijaron en numerosas variables de mediación del estrés y sólo hallaron un vínculo con la hipertensión en una de las variables, dándole a ésta todo el protagonismo por encime del resto, que salieron negativas.
Según Mann, muchos estudios han relacionado el estrés con las cardiopatías, pereo la hipertensión no es el puente que las asocia. «Si alguien tiene hipertensión y no le gusta su trabajo, no existe ninguna razón médica que les obligue a cambiar de empleo sólo porque éste les afecte negativamente a la resión arterial,» concluyó.
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