La innovación, como valor añadido de las empresas, es estructurable y predecible. Nunca se debe dejar al azar. Esta es la principal conclusión de la Mesa Debate sobre Innovación Empresarial organizada por el Foro de la Escuela de Negocios IDE-CESEM y el Club Excelencia en Gestión y que congregó como ponentes a Ignacio Urbelz, director general de Relaciones Externas del Grupo Leche Pascual, Xavier Vila Fernández-Santacruz, Director de Nuevos Negocios del BBVA y a Carlos Fernández Briones, vicepresidente del Club Excelencia en Gestión. Todos los conferenciantes confirmaron la necesidad de incorporar la innovación incluso en la estructura organizativa y en el propio personal de cada empresa y como fuente de crecimiento del negocio.
“Nosotros tenemos claro que en el debate si la innovación es organizable o requiere un caos para que germine en la empresa, apostamos por lo primero”, señaló Ignacio Urbelz, director general de Relaciones Externas del Grupo Leche Pascual. En su exposición, señalo el talante innovador de la firma desde sus orígenes en 1969” fuimos los primeros en desarrollar el proceso de uperisación de la leche y en incorporar lo que luego sería el tetrabick en la misma, recordó, entre otros hitos. Precisamente ese afán de innovar ha convertido a su entidad en una estructura multinacional con 22 fábricas en toda España y una facturación de 1.000 millones de euros. “Nuestro crecimiento está muy ligado a los nuevas iniciativas de hecho en los últimos cinco años, el 45 por cien de nuestras ventas proviene de los productos creados en los últimos cinco años.
Desde su punto de vista, la innovación es un elemento estratégico para empresas de tamaño medio. “A entidades como la nuestra, nos permite competir en el mercado con la grandes empresas y ser más ágiles a la hora de tomar decisiones” indica Urbelz En este contexto, “la innovación necesita de un proceso sistematizado que tenga en cuenta las necesidades de los consumidores; que identifique las nuevas tendencias de nuevos productos de cara a desarrollar posibles estudios satélites para conocer si esa posible tendencia puede convertirse en un posible producto. Una vez diseñada la idea entra en funcionamiento la célula de innovación; es un equipo de trabajo formado por personal de i+d; marketing y nuevas tecnologías que ratifica la validez de esa innovación.”
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