Si queréis seguir cobrando el paro, pedidlo en inglés. Este es el mensaje que ayer lanzó el Gobierno británico a los 40.000 inmigrantes que no encuentran empleo por su tosco manejo de la lengua. El Ministerio de Trabajo les ofrecerá clases gratuitas para mejorar sus dotes de comunicación, pero podrían sufrir recortes en su subsidio de desempleo si no cooperan con la Administración. «Las minorías étnicas crecerán en las próximas décadas hasta constituir una proporción mucho mayor de la población en edad de trabajar, así que resulta crucial que todo el mundo pueda acceder al mercado laboral», explicó ayer Jim Murphy, «número dos» del departamento.
En la actualidad, los «Jobcentres» británicos (equivalentes al INEM español) se gastan nada menos que siete millones de euros al año en contratar intérpretes para atender a los miles de desempleados incapaces de expresarse adecuadamente. Para el Gobierno, se trata de un derroche de dinero público que podría aprovecharse dando clases de idiomas.
A partir de abril, los funcionarios darán prioridad a esta nueva política cuando atiendan a los inmigrantes. «El énfasis no debe hacerse simplemente en traducir sus palabras para que cobren el paro, sino en enseñarles nuestra lengua para que encuentren trabajo», señaló Murphy.
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