Vigilar a las más bellas mujeres del mundo, la Gioconda y la Venus de Milo, no es tarea fácil, y una parte de los guardianes del parisino museo del Louvre, que alberga a las dos celebérrimas beldades, están en huelga en reclamo de un aumento de salario para compensar el estrés.
El estrés está claramente vinculado con el número de visitantes", explica el lunes a la AFP uno de los guardianes del museo, que pide el anonimato.
"Lo que es penoso es el ruido de la multitud, sobre todo en las salas más visitadas, como la de la Gioconda o la de la Venus de Milo", afirma.
"Lo peor son los domingos gratuitos, cuando el museo recibe 65.000 visitantes en el día. Es insoportable, e quizá incluso peligroso", recalca el guardián en la Gran Galería que lleva a la sala de la Gioconda.
Allí, la multitud se amontona ante las barreras que protegen el más célebre retrato del mundo.
Dos agentes de seguridad montan guardia cerca de la mujer de la misteriosa sonrisa. "Aquí está prohibido utilizar flashes, pero en otros lados del museo no. De manera que nos pasamos el día explicando que está prohibido. Y al final, a uno se le rompen los nervios", explica una guardiana.
Tanto más cuando aparecen visitantes que se tornan agresivos cuando se les impide utilizar el flash, añade. Y a veces se producen situaciones violentas, aunque no es lo habitual. "Un tipo trató de romper el vidrio que protege el cuadro, y cuando la guardiana se interpuso, la agredió a ella", cuenta el vigilante de la Gran Galería.
Pero trabajar en el Louvre tiene también sus ventajas. "Yo estudié Bellas Artes, aquí tengo un empleo seguro y, como cambiamos a menudo de sector, tengo tiempo de descubrir las obras", dice uno de ellos. "Además hay también un buen contacto con el público, ya que es muy raro que los visitantes sean agresivos".
Los dos guardianes comprenden la huelga que moviliza a un tercio de sus colegas del Louvre. Algunas categorías obtuvieron una prima, pero no los agentes que trabajan apostados en las salas, lo que hizo que se tuviera un sentimiento de injusticia, dicen.
Los huelguistas, que lanzaron su protesta el pasado jueves, pegaron en el museo carteles que muestran a Monna Lisa amordazada y la frase: "Mis guardianes están coléricos. Dadles lo que se debe: 150 euros", el monto de la prima que reclaman.
El lunes, los carteles habían desaparecido, y sólo el cierre de un piso en dos de los pabellones del museo permitía descubrir que hay problemas con el personal.
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