Así lo resaltó su director general, Ramón Sotomayor, tras la firma del convenio y que no es más que el desarrollo educativo del rubricado el 9 de enero en un ámbito mucho más amplio de inversión e investigación. De hecho, los firmantes fueron el consejero de Educación y Ciencia, José Luis Iglesias Riopedre, y los directivos de ThyssenKrupp Elevator Miguel González Alemany, director de I+D+i, e Ignacio Suárez, de Recursos Humanos. En esta ocasión, tanto Sotomayor como el presidente del Principado actuaron sólo como avalistas.
«Este convenio permite el acceso de los alumnos de Formación Profesional a talleres y oficinas de diseño de todos los centros del mundo, lo que supone no sólo una formación práctica en una multinacional, sino una plataforma de relaciones de colaboración en Asturias y en el resto del mundo», afirmó el director general de ThyssenKrupp Elevator, que transformará su nombre comercial con su ubicación en Gijón. A partir de ahora se llamará ThyssenKrupp Elevator Innovation Center S. A. Las prácticas serán regladas y no regladas. Las primeras formarán parte del expediente académico del alumno, no serán pagadas y convalidarán horas de clase. Las segundas están destinadas a los que han finalizado ya los estudios y no están en el mercado laboral. Esas serán remuneradas y su sostenimiento correrá a cargo del Principado. Lo que no ha concretado la empresa alemana es cuántos alumnos podrán disfrutar de ese privilegio. «Será en función de las necesidades de la empresa», señaló Sotomayor, quien anunció que las convocatorias serán anuales. Paloma Sáinz añadió posteriormente que la primera será para el próximo curso.
Nueva ubicación
El director general de ThyssenKrupp Elevator hizo una velada referencia al conflicto suscitado por la primera ubicación de su taller de prototipos en dependencias del Centro Integrado de Formación Profesional al señalar que su empresa «nunca quiso entrar en conflicto con otros colectivos» y justificó la celeridad con que la multinacional quiere instalarse en la Laboral únicamente en la competitividad del mercado.
«Queremos que el primer producto del centro de Gijón salga antes de finalizar el año. Esa es la única razón», señaló al tiempo que confirmó la ubicación definitiva del taller de prototipos: a espaldas del conservatorio del música, en una parcela contigua al cementerio de Somió, como ya adelantó EL COMERCIO. «Después de la polémica suscitada, es una solución alternativa que cumple las necesidades de la empresa. Es la segunda opción que nos propusieron y está situada en la parte norte del Centro de Arte y del conservatorio. Las interacciones arquitectónicas del entorno y los cortos plazos de obra fueron factores determinantes a la hora de elegir la ubicación».
En lo que no quiso entrar el presidente del Principado fue en marcar fechas de entrega. «Está todo muy adelantado, con la habilitación presupuestaria hecha y a falta de realizar el proyecto. Se hará lo más rápidamente posible», señaló Álvarez Areces para referirse a la nave de «casi 2.000 metros cuadrados» a construir. Sotomayor no eludió alabanzas a la gestión de la crisis y, en ese sentido, el héroe de todos era el viceconsejero de Ciencia, Herminio Sastre.
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