El ex presidente del gran grupo de almacenes británicos Marks and Spencer, Paul Myners, critica, en el diario 'Financial Times', al sector del 'private equity' (capital privado), al que acusa de despreocuparse en muchos casos de la suerte de los trabajadores.
Myners, a quien el diario económico califica como uno de los 'grandes' de la City de Londres, no esta de acuerdo con la falta de seguridad en el trabajo y la pérdida de beneficios de miles de personas que trabajan para empresas adquiridas por ese tipo de capitales.
El sector de la 'private equity' es propietario actualmente de empresas que dan empleo a uno de cada seis trabajadores del sector privado en este país.
En sus declaraciones al periódico, Myners pide asimismo al Gobierno que examine las estructuras fiscales que favorecieron las actividades adquisitivas de grupos muy endeudados.
Las críticas del empresario coinciden con los ataques lanzados por Brendan Barber, líder de la confederación sindical británica Trades Union Congress, contra empresas 'faltas de moral' que se dedican al 'expolio de activos'.
Barber ha aconsejado a los fondos de pensiones que se lo piensen dos veces antes de invertir en los capitales privados.
La intervención de Myners en ese debate es significativa dado que el empresario estuvo al frente del examen que se hizo en el 2001 de las inversiones institucionales y que recomendó que los fondos de pensiones invirtiesen en una amplia gama de activos, incluidos los capitales privados y los fondos de alto riesgo.
Según Myners, mientras que el modelo de 'capital privado' favorece a los 'actores principales' por los riesgos que asumen, salen por lo general perjudicados los 'empleados, que por lo general, ven erosionada su seguridad de empleo y sus beneficios'.
Myners, que es él mismo presidente del fondo 'Ermitaghe', fondos de alto riesgo, reconoce en sus declaraciones al periódico que algunos fondos de ese tipo no son suficientemente transparentes.
Según el empresario, los capitales privados también tienen que ser sometidos a un examen más riguroso porque son dueños de empresas enteras, de lo que se derivan consecuencias para las políticas públicas.
Según Myners, los directores de las compañías públicas deberían además mostrar mayor firmeza en la defensa de su titularidad pública.
Un ejemplo, señala, es la propia 'Marks & Spencer', que no fue necesario privatizar para enderezarla
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