Nadie duda de la importancia de la labor de los ingenieros y técnicos informáticos, sobre todo ahora que el sector de las Tecnologías de la Comunicación (que acapara la gran mayoría de los titulados) es uno de los más dinámicos.
En su ponencia en una reunión de la Conferencia de Directores y Decanos de Informática (CODDI) y del Consejo de Colegios de Ingenieros en Informática celebrada en Madrid, Javier Pagés, presidente de la Asociación AI2, aseguró que la informática supone el 4,5% del PIB europeo y el 2,5% del español.
En cuanto a la situación actual, la Ingeniería Informática es la única de las 'tradicionales' (Industrial, Caminos, etc.) que no tiene atribuciones ni regulación profesional en España. Incluso el nombre genera problemas a veces. "Arrastramos el nombre de 'informáticos', quizá por tradición francesa, cuando en el mundo anglosajón se incluye el término 'ingeniero' o 'diseñador'", comentó José G. Zato, Director de la Escuela Universitaria de Informática de Madrid.
Además, puede existir un riesgo de intrusismo profesional, ya que popularmente se engloba bajo esa denominación a titulados y no titulados.
A día de hoy existen 11 colegios de ingenieros informáticos y ocho colegios de ingenieros técnicos en informática (todos autonómicos), así como asociaciones en aquellas comunidades que no permiten constituir un colegio profesional para la profesión, tal es el caso de Madrid.
Gran responsabilidad social
"Nuestra profesión tiene un impacto social notable, hay una gran responsabilidad social en nuestra actividad", dijo María Ribera, presidenta del CODDI, quien se mostró a favor de una regulación para reconocer la actividad de los ingenieros informáticos, pero también para delimitar la exigencia de responsabilidades. "No es posible que haya un error en el AVE y se achaque automáticamente a un 'error informático'".
Precisamente algunos de los problemas más serios de la profesión vienen provocados por la dificultad de delimitar la responsabilidad civil del ingeniero (o ingeniero técnico) informático. Los ejemplos, propuestos por Pagés, son de lo más variado, desde 'errores informáticos' en los recuentos de votos en 2004 en EEUU hasta fallos en los sistemas del Metro, pasando por el 'error informático brutal' de Ana Rosa Quintana.
Según Pagés, el 'fallo informático' es la "excusa perfecta ante cualquier intento de delito o falta, error profesional, negligencia, fallo de proyecto, error técnico o imprevisto de planificación". De esta manera, "nadie se hace responsable de sus errores".
A la espera de que arranque la nueva reforma de la Universidad española, el rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Javier Uceda, resumió las nuevas necesidades en tres puntos básicos: una normativa que delimite claramente las atribuciones de la profesión, una descripción clara de las condiciones de la titulación para poder reclamar las atribuciones (qué tiene que incluir el título para poder ejercer la profesión), y establecer quién ha de verificar que la titulación cumple los requisitos.
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