Que las empresas catalanas necesitan mano de obra cualificada es una realidad que clama al cielo. El departamento de Educació ha tomado medidas. "Es evidente que en Catalunya hacen falta titulados en formación profesional en cantidades considerables", asegura Josep Francí, director general de Formació Professional i Educació Permanent.
Para intentar solucionar esta carestía, en noviembre del 2005 se aprobó un decreto de flexibilización de la formación profesional, que está empezando a dar sus frutos. Se trata de un paquete de medidas que pasa por establecer convenios entre institutos y empresas, para adaptar la formación de los alumnos a las necesidades de cada compañía. Este curso se han firmado 41 convenios, más los cuatro que ya funcionaban y siguen vigentes con Corporació Alimentària de Guissona, Toyota, Siemens y Novartis. Participan en el proyecto gremios tan dispares como la agricultura, la construcción, el turismo, la automoción o la sanidad.
Cursos pioneros
Uno de los ejemplos del éxito de la conjunción entre educación y empresa es el ciclo formativo de grado medio de operaciones y mantenimiento de maquinaria de construcción en el IES Mollerussa. "Es el primer instituto donde se imparte en toda España, y dispone de un montaje espectacular", apunta orgulloso Francí. La Asociación de Fabricantes de Áridos de Lleida trasladó a Educació su necesidad urgente de mano de obra cualificada. "El gremio puso a nuestra disposición todo el material necesario, y en seis meses organizamos el ciclo. Este curso es el primero en que se imparte, y no quedan plazas", añade Francí.
La primera experiencia de este tipo en Catalunya surgió en la Corporació Alimentària de Guissona (CAG). Ante la falta de mecánicos y electricistas, la CAG organizó cursos de formación para que sus operarios pudieran aprender el oficio. Así nació el ciclo formativo de grado medio en instalación y mantenimiento electromecánico de maquinaria y conducción de líneas. Las clases teóricas se imparten en el IES Guissona, y las prácticas en los talleres de la propia empresa. Todo en horario de tardes, para combinar estudios y trabajo sin problemas.
Otro de los convenios más conocidos –y exitosos– es el de Toyota y el IES Esteve Terradas de Cornellà de Llobregat. Desde hace tres años, los alumnos que se matriculan en mecánica también obtienen el título de técnico de Toyota. A diferencia del convenio con la CAG, en este caso los alumnos no realizan las clases prácticas en las instalaciones de Toyota, sino que la multinacional ha recreado su maquinaria en el propio instituto.
El director del centro, Antoni Morales, afirma que "el 80% de los estudiantes que realizan las prácticas en Toyota acaban trabajando en la marca". Andrés Villena, profesor de automoción, añade: "Es un plus en sus currículos, y tanto los alumnos como sus futuras empresas lo valoran positivamente". "En la colaboración y la confianza está la clave del éxito", sentencia Francí.
Los comentarios están cerrados.