La enseñanza en Euskadi se enfrenta al nuevo reto de afrontar la pérdida de alumnos de sus centros. Si bien las universidades de la comunidad autónoma vasca han visto cómo las matriculaciones descendían un 5% en el último curso, dicen que como consecuencia del descenso demográfico, esto mismo es lo que está empezando a suceder en las aulas de Formación Profesional.
A pesar de tratarse de los estudios con mayores salidas profesionales, según se insiste desde Empleo, en Álava este año se han inscrito casi 500 alumnos menos que en el curso 2003-2004. Sin embargo, es más alarmante aún comprobar cómo a pesar de las campañas emprendidas por el Gobierno Vasco para prestigiar este tipo de estudios, un total de 1.255 plazas de FP ofertadas este año en el territorio, es decir, un 30%, han quedado vacías.
Las campañas de captación iniciadas por el Departamento vasco de Educación hace algunos años no consiguen su objetivo. La proporción de jóvenes que una vez finalizado el instituto opta por cursar un ciclo formativo se mantiene en el 46%, un porcentaje muy alejado del objetivo que persigue el Gobierno Vasco y que se sitúa en el 60%.
Las instalaciones, tal y como asegura el viceconsejero de FP, Iñaki Mujika, se han quedado grandes. Si bien hace una década cada aula se componía de entre 15 y 20 alumnos, hoy en día acogen como mucho a una docena. "Eso sí, hemos conseguido una mayor atención al alumnado", asegura.
La preocupación que ronda en las mentes de los responsables de Educación, que ven en estas plazas vacantes una consecuencia lógica del descenso demográfico, es la imposibilidad de dar salida a las ofertas que se generan desde el mundo empresarial. Y es que la falta de alumnos se nota aún más en las ramas industriales que son, paradójicamente, las que ofrecen mayores salidas profesionales. De hecho, se calcula que el 40% de las ofertas de trabajo que llegan a los centros de FP deben ser desatendidas. "La demanda de las empresas es cada vez mayor, porque sus trabajadores se van jubilando, sin embargo, no tenemos suficientes alumnos", asegura el viceconsejero.
Una de las salidas que se plantea el área de Educación para responder a la demanda industrial es traer a Euskadi alumnos extranjeros. Los responsables de FP están dispuestos a acudir a países como Argentina o Colombia, con un idioma en común, para convencerles de que se instalen en la comunidad autónoma vasca donde, tras recibir una formación, se les ofrecerá un puesto de trabajo.
Javier Pozo, coordinador de programas con empresas de Diocesanas, en Vitoria, no tiene del todo claro que ésta sea la salida más apropiada. "Va a resultar complicado conseguir que una vez finalizados sus estudios se queden", asegura. Para Pozo la falta de demanda en los estudios de FP es una "cuestión cultural", y por ello la mayor apuesta de los alumnos sigue siendo aún la universidad. "Este hecho nos va dejando huecos en determinadas profesiones, porque no hay gente con suficientes habilidades para desempeñarlas", apunta.
Conductores de instalación, mecánicos de producción, mecánicos de montaje… Son algunas de las profesiones que más cuesta cubrir a pesar de que, aseguran los expertos, las condiciones de trabajo que ofrecen son buenas. "A las empresas no les queda más remedio que ofrecer buenos salarios", explica Pozo.
Una buena orientación desde los institutos es, en opinión del profesorado así como del Gobierno Vasco, el primer paso para lograr que el alumnado apueste por la FP. Una labor que Educación, asegura, debería dirigirse sobre todo hacia las mujeres que, "por desconocimiento", evitan a toda costa las ramas técnicas y se matriculan en el sector servicios, donde la tasa de paro es mayor. "Antes de elegir qué estudiar, los alumnos deberían fijarse más en las ofertas de trabajo que salen publicadas en los medios de comunicación", insiste el viceconsejero.
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