La Comisión Europea prohibió ayer una ayuda pública de 3,15 millones € que la región flamenca de Bélgica quería otorgar a la fábrica de General Motors en Amberes para formación relacionada con el lanzamiento de nuevos modelos al considerar que distorsionaría la competencia entre las fábricas implantadas en diferentes Estados miembros, y que por ello es contraria a la legislación comunitaria.
En contraste, autorizó otro tramo de subvenciones estatales por valor de 2,18 millones de euros porque se destinarán a acciones formativas más generales y al aprendizaje de competencias que faltan en el mercado laboral flamenco.
Las autoridades belgas notificaron al Ejecutivo comunitario su intención de conceder a la fábrica de General Motors en Amberes una ayuda de 5,33 millones de euros para un programa de formación cuyo coste total asciende a 19,94 millones durante el periodo 2005-2007. El objetivo era preparar a los trabajadores para la producción de una nueva versión del modelo Astra, el Astra Twin-Top, y de nuevas piezas de carrocería.
La investigación de la Comisión ha demostrado que un tramo de la ayuda por valor de 3,15 millones de euros no es compatible con las reglas de la UE sobre ayudas a la formación. En concreto, Bruselas cree que la formación ligada al lanzamiento de nuevos modelos y a la fabricación de nuevas piezas de carrocería entra dentro de los gastos de funcionamiento que deben asumir los fabricantes de coches por sí mismos. Como el Gobierno flamenco todavía no la había pagado a General Motors, el constructor no deberá devolverla.
El resto de la ayuda, los 2,18 millones, servirán para financiar acciones de formación con un alcance más general. Una primera parte de esta formación va más allá de los conocimientos que son necesarios para la construcción de un nuevo modelo o de nuevas piezas de carrocería. La segunda parte cubre cualificaciones que, según las pruebas aportadas por las autoridades belgas, hacen falta en el mercado de trabajo flamenco.
Bruselas ha llegado a la conclusión de que las ayudas destinadas a apoyar estos tipos de formación incentivarán a la empresa a poner en marcha nuevas acciones formativas más allá de las que necesita para su funcionamiento, por lo que la subvención es compatible con las reglas comunitarias.
La fábrica de Amberes data de 1924 y produce varias versiones del Astra, que también se fabrica en Bochum, Alemania, y en Ellesmere Port, Reino Unido. En 2006 produjo 224.000 coches y dio trabajo a 4.760 personas.
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