¿Qué tienen en común un albañil, un mozo de carga, una azafata de congresos y un empleado de oficina? La respuesta no coincide con el desenlace de ningún chiste fácil. La clave está en el dolor de espalda. Una patología cada vez más presente entre los trabajadores de oficios que implican esfuerzo físico, manipulación de peso, sedentarismo o largas jornadas delante de un ordenador. Los datos son cuanto menos, significativos.
Según Antonio del Corral, coordinador provincial de la Unidad de Valoración Médica e Incapacidades (UVMI), las lumbalgias o cervicalgias ya están detrás de una de cada cuatro bajas laborales registradas en Málaga. A tenor de los datos oficiales estas dolencias provocan casi la mitad de las jubilaciones anticipadas en España.
Se trata pues de un problema médico que se extiende como la pólvora entre la población, ya sea por el envejecimiento de ésta o por los frecuentes malos hábitos posturales. En esta línea, Del Corral calcula que entre un 65 y un 80 por ciento de los ciudadanos padece, al menos, un episodio de molestias lumbares a lo largo de su vida.
El dato se refleja en las consultas de atención primaria. Los médicos de familia malagueños calculan que este tipo de patologías centran ya una de cada diez visitas. Así lo asegura Juan José Manuel Aranda, facultativo del centro de salud San Andrés-Torcal. 'Los problemas de espalda forman parte de nuestra rutina diaria ya que representan entre el 10 y el 15 por ciento de los casos que atendemos', confirma este experto al tiempo que explica que en muchos casos de trata de dolencias relacionadas con edades avanzadas. 'La columna evidencia el paso del tiempo, así que es frecuente que entre los 40 y los 50 años los pacientes sufran complicaciones, como la artrosis', apunta Aranda.
Junto a este tipo de enfermos, los facultativos destacan la elevada prevalencia que tiene el dolor de espalda entre un segundo grupo: los empleados jóvenes. 'En este caso, se trata de contracturas musculares relacionadas con trabajos excesivos, esfuerzos concretos, abuso de malas posturas o sobrecarga de estrés', enumera el médico de familia Ricardo García. Preguntado por el protocolo que se sigue con estos pacientes, García relata que lo habitual es explorarlos, mandarle una radiografía, y ponerles tratamiento. En caso necesario, se le pide cita con el especialista.
Precisamente entre los profesionales de referencia en esta especialidad médica figura el jefe de Cirugía de Columna del Hospital Clínico, Juan José Fernández de Rota. Este facultativo, de dilatada experiencia, atiende cuatro consultas semanales por las que pasan más de 120 enfermos. 'La demanda está experimentado un aumento increíble', reseña.
Este goteo de casos es igual de constante en los despachos de los médicos de empresa, habituados a tratar a empleados con problemas de espalda. El presidente de la asociación malagueña de medicina laboral, José Antonio Cardenete, subraya que estas dolencias acaparan el 50 por ciento de las consultas de su gremio. 'Los médicos de empresa estamos habituados a ver a diario problemas lumbares, de lumbociática, de vértigo o mareos relacionados con contracturas', reseña.
Al hablar de prevención, Cardenete insiste en la necesidad de que las compañías realicen un estudio ergonómico de los puestos de trabajo para aplicar medidas correctoras y promover buenas prácticas entre los empleados. Estas pautas son imprescindibles para frenar unas bajas laborales que, según los expertos, van en aumento.
'En estos momentos, los procesos ligados a problemas de espalda ocupan los primeros puestos entre las patologías que obligan a los trabajadores a quedarse en casa. Entre ellas, las más habituales son las lumbalgias, frecuentes entre albañiles, empleados del campo o camareras de piso entre 35 y 55 años', señala Antonio del Corral. Por contra, el personal de administración o oficina es más propenso a padecer cervicalgias, añade este experto que indica que estas bajas suelen durar una media de entre 30 y 40 días, 'aunque el 50 por ciento mejora a la semana', dice. En estos casos no se recomienda el reposo prolongado.
Escuelas de espalda
La proliferación de estas dolencias ha impulsado en los últimos años la aparición de las llamadas Escuelas de Espalda, que actualmente ofertan tanto los grandes gimnasios como los complejos hospitalarios. Se trata de una especie de cursillos en grupos reducidos en los que los pacientes reciben charlas sobre la anatomía de la columna, normas de higiene postural y aprenden los ejercicios básicos para prevenir y, en su caso, mejorar las afecciones vertebrales y fortalecer la zona.
Adela Gómez, médico rehabilitadora y responsable de la Escuela de Espalda del Hospital Clínico destaca la importancia de las iniciativas orientadas a la concienciación, 'ya que la prevalencia de este dolor está aumentando por el descuido de las condiciones ergonómicas correctas', apostilla. La Escuela de Espalda que dirige Gómez acaba de cumplir tres años. Durante 2007, este servicio -diseñado en torno a diez sesiones- registró 350 pacientes. Además, el Clínico, en coordinación con atención primaria, atiende a este tipo de enfermos en salas de fisioterapia ubicadas en los distritos sanitarios de Málaga (tres de ellas) y Guadalhorce (seis). Por estas nueve salas pasaron 1.920 pacientes durante el pasado año. La tendencia, dice Gómez, es seguir aumentando la atención. 'Estamos ante un problema creciente. Hace años apenas se le daba importancia a este tipo de dolor. Ahora, sin embargo, la gente está mucho más concienciada', reseña.
Marina Tirado, Jefa de Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Carlos Haya -complejo que también cuenta con una Escuela de espalda- comparte este argumento. En el caso de su hospital, afirma que estas patologías suponen el 60 por ciento de las consultas que atienden en rehabilitación de adulto, 'unas 6.000 en 2006', calcula. 'Se trata de un dolor muy típico de mujeres trabajadoras con hijos
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