En EE.UU. las pérdidas anuales por este concepto se elevan a 178.000 millones de dólares
La pérdida de productividad por el mal uso de Internet por parte de sus empleados cuesta 178 mil millones de dólares a las empresas norteamericanas, según un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Hofstra. El estudio advierte que normalmente los jefes no son conscientes de este hecho y recomienda software de filtrado de webs para amortiguar estas pérdidas sin que afecte a la libertad y la privacidad de los empleados.
El uso de Internet para asuntos personales le cuesta a las empresas norteamericanas una pérdida de competitividad de 178 mil millones dólares al año, según el estudio llevado a cabo por el profesor Matthew C. Sonfield, del Departamento de Management de la Universidad de Hofstra.
La mayor parte de los jefes y dueños de empresas son conscientes de los peligros que Internet puede tener para su negocio (cookies, spam, virus…). Por eso, invierten en antivirus y otro software “defensivo”. Sin embargo, muy pocos son conscientes de las pérdidas que ocasiona a las empresas el uso de Internet para asuntos personales por parte de sus empleados.
El acceso a la Red deja al empleado la posibilidad de ver su correo personal, preparar sus vacaciones, leer el periódico o hacer una compra online en horas de trabajo. El tiempo que utiliza en hacer estas “tareas” es tiempo que deja de trabajar y es pérdida de productividad.
El informe pone el ejemplo de una empresa con 100 empleados. Esta empresa tipo, con un coste de 20 dólares la hora por empleado, perderá 100.000 dólares anuales por este concepto.
Mala imagen
Más allá del coste económico, este mal uso de Internet puede derivar también en responsabilidades legales, una mala imagen para la empresa y en la exposición a todo el sistema informático de la compañía a todo tipo de virus, aumentando también el coste tecnológico por empleado y año.
No todos los expertos ven los efectos negativos de Internet para usos personales en la empresa. El informe apunta que los empleados han de sentir que tienen beneficios emocionales (además de financieros) cuando son contratados. Por eso, el acceso a Internet puede ser visto como una manera de descanso o de quitar presión al empleado de sus constantes responsabilidades.
En el uso de Internet en el trabajo la frontera entre los derechos de la empresa y el derecho a la intimidad del trabajador es muy fina. Por eso, el autor del estudio recomienda a las compañías el uso de software de filtrado de webs para solucionar este dilema.
Controlar sin agobiar
Este tipo de software permite controlar el uso de Internet sin que el empleado sienta que le están vigilando por encima del hombro. De esta manera, se puede filtrar qué contenidos puede o no puede usar cada empleado en función del puesto o la responsabilidad que tenga o en función de las horas del día.
El uso de este tipo de software acarrea a veces algunos problemas éticos o legales. Sin embargo, la legislación norteamericana suele primar el derecho de las empresas a vigilar a sus empleados sobre el derecho a la intimidad de éstos, siempre que estén bien informados.
El caso Kozy Shack
El estudio pone el ejemplo de la empresa multinacional Kozy Shack para ilustrar la gestión de este problema. El volumen de negocio de esta empresa es de 150 millones de dólares anuales y tiene cerca de 400 empleados.
Kozy Shack usa el software de la empresa de seguridad Websense para protegerse de virus, spam y otros peligros que circulan por la red. Asimismo, eligió los servicios de esta empresa para instalar un software de filtrado de webs.
Este software controla y graba el uso de Internet hecho por los 200 empleados que trabajan en la sede de la compañía. Sin embargo, según esta empresa, lo más importante es tratar a los trabajadores como personas adultas, trazar unas guías generales de comportamiento y darles la oportunidad de actuar en función de esas pautas.
En su conclusiones, el informe advierte que, sobre todo las pequeñas empresa, no son conscientes de los costes que les ocasiona y asegura que tanto los directivos como los consultores deberían tener esto en cuenta a la hora de abordar tanto su estrategia en Internet como su gestión de recursos humanos.
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