La compañía pública se ha convertido en un referente internacional en la prevención tras la tragedia que segó la vida de 14 mineros
En los últimos doce años, Hunosa ha hecho de la prevención de riesgos laborales una de sus banderas, gracias, también en parte, a la constante insistencia y vigilancia de los sindicatos mineros.
La madrugada del 31 de agosto de 1995 sonaron todas las alarmas. Catorce trabajadores de Hunosa, entre los que se encontraban cuatro mineros checos, fallecían a 400 metros de profundidad como consecuencia de una explosión provocada por las altas concentraciones de grisú en el pozo Nicolasa. Ese mismo año, las minas asturianas segaron la vida de 26 trabajadores, una cifra que colocó al sector a la cabeza de la siniestralidad laboral en el Principado. Desde entonces la compañía ha realizado un gran esfuerzo inversor en prevención, una apuesta que le fue reconocida en 2005 con el primer premio otorgado por el Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo.
Modernización
Hunosa mecanizó todos sus pozos tras el accidente enNicolasa. La extracción manual dejó paso a las máquinas eléctricas e hidráulicas y los minadores, que hace doce años sólo sabían manejar los mineros checos, son hoy un sistema habitual en las explotaciones de la empresa.
Después de la tragedia en la explotación mierense de Ablaña, Hunosa introdujo tres nuevas medidas de seguridad. En primer lugar, se informatizó todo el sistema de detección y control de gases; luego se aplicó un sistema para extraer el carbón apoyado por barreras de inyección de agua, lo que permite diluir el grisú con tiempo suficiente en el caso de que exista este gas, y se incrementó la inversión para la formación de la plantilla.
Hunosa se ha convertido hoy en un referente en seguridad y formación. El viceministro de Seguridad en el Trabajo de de China, Wang Xianzheng, trasladó en octubre del pasado año al presidente de Hunosa, Juan Ramón García Secades, su «gran interés» por las políticas de prevención de riesgos laborales que desarrolla la empresa estatal minera. El viceministro anunció que el gigante asiático aplicará en sus pozos sistemas similares para frenar la alta tasa de siniestralidad laboral.
México también ha recurrido a Hunosa para solicitar su conocimiento en la explotación de carbón subterránea.
El 19 de febrero de 2006, una explosión dejó sepultados a 65 trabajadores en una mina de Nueva Rosita, que pertenece a uno de los grupos empresariales más potentes del país latinoamericano y con una división minera muy significativa -tercer productor mundial de cobre, segundo de molibdeno, cuarto de plata y quinto de zinc-. Técnicos de Hunosa se desplazaron hasta allí para asesorar en las tareas de rescate y en la recuperación posterior de la actividad de la explotación. Secades apuntó entonces que el hecho de que Grupo México hubiera recurrido a sus servicios suponía «un reconocimiento de la cualificación técnica y potencialidades» de la empresa y la posibilidad de poner en valor sus conocimientos y personal.
La formación es otro de los potenciales de Hunosa, que ha impartido cursos a mineros de países como Irán, Venezuela o Chile.
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