La Confederación Europea de Sindicatos (CES) reivindicó ayer la necesidad de "reforzar la inspección laboral" en la UE y exigió la sustitución de las sustancias cancerígenas con las que trabajan "una parte importante" de los trabajadores de los Veintisiete por otras no tóxicas.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el trabajo, los sindicatos europeos llamaron la atención a través de un comunicado sobre las "consecuencias inaceptables de una organización del trabajo que sacrifica la salud y la seguridad de los trabajadores en busca del máximo beneficio".
Según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cada año mueren en la Unión Europea más de 150.000 personas como consecuencia de accidentes laborales y de enfermedades relacionadas con su trabajo.
En Europa, el cáncer es la principal causa de mortalidad asociada al trabajo, ya que -señala la CES- "una parte importante de los trabajadores europeos están expuestos a agentes cancerígenos en sus puestos de trabajo".
Por ello, los sindicatos exigieron la sustitución de todas las sustancias tóxicas por otras inocuas y el respeto de las medidas de prevención elementales, cuyo incumplimiento expone "en muchas ocasiones" a los trabajadores al contacto con materias peligrosas.
Además, la CES pide a los países de la UE un refuerzo de la inspección laboral, que la dote de medios suficientes para actuar de forma "creíble".
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