La lacra de la siniestralidad laboral se extiende como una plaga por todos los rincones de la provincia. Esta misma semana, la tétrica estadística de víctimas en el trabajo registraba un nuevo fallecido. Esta vez la tragedia ocurrió en Archidona, donde el pasado viernes murió un hombre de edad avanzada tras quedar atrapado bajo el tractor que conducía. El miércoles otro empleado resultó herido de gravedad en Antequera al precipitarse al vacío desde una altura de más de diez metros. Y así suma y sigue. De hecho, según los datos publicados por la delegación de Empleo, durante 2006 el mapa malagueño sólo acogió nueve puntos blancos en materia de accidentes de trabajo. De este modo, las localidades de Atajate, Canillas de Albaida, Comares, Genalguacil, Iznate, Júzcar, Pujerra, Salares y Sedella -todos ellos pueblos de interior con una población ocupada de menos de 300 personas- fueron los únicos que no tuvieron que lamentar ningún siniestro.
Todos estos pueblos tuvieron una tasa de siniestralidad del 0 por ciento. Este índice se elabora en base al número de incidentes y al volumen de población ocupada -con la referencia del último censo. A tenor de esta misma fórmula, en 2006 los puntos negros de la provincia se situaron por contra en Antequera, Benahavís, Fuente de Piedra, Cuevas Bajas, Algatocín y Alfarnatejo, con ratios superiores al 10 por ciento. Esto significa que de cada 100 personas empleadas en estos municipios, diez sufrieron en el último año algún accidente de trabajo leve, grave o mortal. De todos ellos, destacó el caso de Alfarnatejo, que con una población ocupada de poco más de 100 personas tuvo que lamentar 33 siniestros, lo que arrojó una tasa del 30,28 por ciento.
A nivel absoluto, las grandes capitales concentraron el mayor número de accidentes. Málaga se situó a la cabeza con 14.566 incidentes (193 de ellos graves y ocho mortales), seguida de Marbella, con 3.0949, y Estepona, con 1.545.
Menos casos
Preguntado por las cifras que se desprenden de las últimas estadísticas, el delegado provincial de Empleo, Juan Carlos Lomeña, insistió en que hay que relativizar los datos, 'ya que se trata de números puntuales referidos a un año concreto'. No obstante reconoció que esta tabla sirve de termómetro para conocer cómo evoluciona la siniestralidad en los distintos municipios malagueños.
En este sentido, Lomeña prefiere quedarse con un dato positivo: el que se extrae de sumar el conjunto de accidentes laborales registrados en 2006 en Málaga: 32.930 (de ellos 32.482 leves, 426 graves y 22 mortales). 'En el último año tenemos motivos para estar satisfechos, ya que fuimos la única provincia andaluza donde la tasa de accidentes bajó en torno al 3 por ciento', destacó. Por sectores, el de servicios fue el que registró más siniestros -16.003-, seguido de la construcción -12.393-, industria -3.770- y agricultura y pesca -757.
Prevención
Pese a la reducción del número de accidentes, Lomeña hizo hincapié en la necesidad de seguir trabajando en materia de prevención. Al respecto recordó que la delegación desarrolla un amplio abanico de medidas que van desde formación en institutos a charlas en empresas, subvenciones o prácticas coercitivas, como son las paralizaciones de obras. En 2006, la inspección de Trabajo abrió más de 1.000 expedientes por descuidos en esta materia, que fueron penalizados con sanciones con un valor total de alrededor de los cuatro millones de euros.
Sanciones aparte, Lomeña destaca que la gran asignatura pendiente es que la sociedad en su conjunto interiorice la importancia de la prevención, 'lo que falta es que todos nos comprometamos con este tema', recalcó el delegado. Por su parte, los sindicatos apuntaron la necesidad de atajar otros factores culpables de la siniestralidad como son las precarias condiciones de muchos trabajadores, 'la falta de capacidad de la autoridad laboral para controlar las medidas de prevención o la sensación de impunidad dominante'.
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