Un operario autónomo, de 56 años y vecino de Ermua, falleció el viernes al precipitarse al vacío desde una altura de unos 9 metros cuando trabajaba en las tareas de demolición de un inmueble en la localidad guipuzcoana de Mondragón.
La obra carecía de las mínimas medidas de seguridad, ni individuales ni colectivas, como arneses o líneas de vida, según consta en el informe previo elaborado por el Instituto Vasco de Salud y Seguridad laboral (Osalan).
Técnicos de este organismo visitarán mañana otra vez el edificio, un inmueble de estructura de madera de tres plantas en fase de derribo ubicado en el número 18 de la calle Ferrerías, con el fin de recabar más datos y esclarecer las circunstancias que rodearon el siniestro.
Sobre las once y media de la mañana, José G.F. se encontraba trabajando en el interior del bloque, cuyo proceso de demolición está muy avanzado. El informe de Osalan refleja que carece de paredes, techos o suelos y tan sólo presenta vigas y columnas en su interior.
Por causas que se están investigando, el trabajador se precipitó al vacío y falleció como consecuencia del fuerte impacto contra el suelo. Los técnicos de Osalan comprobaron, al visitar el lugar, que la obra adolecía de las más elementales protecciones mientras que las escalas para salvar las distintas alturas «no cumplen las medidas de seguridad», añadieron. El promotor de la obra es Ursalto.
Con la muerte de este trabajador, ya son 18 los operarios fallecidos mientras desempeñaban su labor en la comunidad autónoma en lo que va de año. En el sector de la construcción, esta muerte hace la número 8.
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