El 60% de los altos ejecutivos norteamericanos ven ventajas competitivas en su gestión sostenible
Un estudio llevado a cabo por Siemens y McGraw-Hill Construcción establece el año 2009 como punto de inflexión para que las grandes empresas norteamericanas estén ya plenamente concienciadas de sus prácticas sostenibles a la hora de hacer o gestionar sus sedes corporativas. El informe, en el que han participado las 190 empresas más importantes de los Estados Unidos, ha puesto de manifiesto que el 63% de los presidentes ejecutivos que respondieron reconocían los beneficios financieros y de diferenciación de mercado de tener edificios sostenibles medioambientalmente.
Este informe es un estudio cuantitativo basado en las opiniones de las 190 empresas norteamericanas más importantes. Se trata de empresas que no tienen menos de 250 millones de dólares de beneficio anuales. La mayor parte de las personas que respondieron eran presidentes ejecutivos o directores financieros.
No sólo la mayor parte de los máximos responsables de grandes empresas están interesados en la sostenibilidad de sus edificios, sino que también están examinando proactivamente maneras para hacer de ese interés una parte de las misiones de sus empresas.
El 18% de los encuestados estaban en puestos superiores dentro del escalafón de sus compañías. De ellos, el 15% veían la sostenibilidad como una ventaja competitiva y un 3% basaban toda su estrategia de negocio desde este punto de vista.
En los próximos tres años más empresas americanas se ven a ellas mismas liderando este ranking de ser respetuosos con le medioambiente: un tercio de los entrevistados apuntaron que serían líderes en sostenibilidad.
Tres años clave
“Los números del informe SmartMarket son alentadores y las predicciones lo son todavía más, afirma Harvey M. Bernstein, vicepresidente de Análisis Industrial, Alianzas e Iniciativas Estratégicas de McGraw-Hill en un comunicado hecho por la propia empresa. “Al menos el 60% de los altos cargos que toman decisiones en las empresas norteamericanas más importantes ven ya la importancia que tienen los valores de la sostenibilidad, aumentando espectacularmente ese porcentaje en tres años, hasta el 88%”.
En esos procesos internos, el informe advierte que el gobierno y la dirección interna de cada empresa son los principales impulsores de estas prácticas sostenibles. Así, el 60% de los directores financieros de las empresas contactadas ven que las actividades sostenibles y los edificios ecológicos son un elemento de mercado diferenciador. La mitad del resto de los entrevistados tenían la misma visión.
El 63% de los presidentes ejecutivos de esas empresas reconocían los beneficios financieros de los edificios verdes y el 67¨% de ellos ven beneficios operativos específicos de “ser verde”.
“Los líderes de hoy en día son muy conscientes de que han de abordar sus nuevas instalaciones usando prácticas respetuosas con el medioambiente y esperan que los edificios verdes tengan un impacto cada vez mayor en los próximos años”, afirma Brad Haeberle, director de marketing de Siemens Building Technologies. “Es más, creen que los edificios verdes son el máximo interés para sus empresas, no sólo por los claros beneficios económicos, sino también por la diferenciación de mercado y las ventajas competitivas”, añade.
Un punto destacado del informe es que los entrevistados vinculaban el “ser verde” con el “ser innovador”. Por ello, el 57% de los ejecutivos que respondieron pensaban que fomentar los edificios verdes en sus empresas fomentaba también la innovación de éstas.
El caso de Telefónica
En nuestro país esta tendencia también parece estar calando, especialmente entre las grandes empresas. Quizá uno de los ejemplos más importantes de esto es la instalación de energía solar que ha construido Telefónica en su nueva sede madrileña.
Se trata del mayor parque productor de energía solar de Europa y uno de los mayores del mundo sobre cubierta. Ha sido realizado con el apoyo tecnológico de otra gran empresa, Iberdrola, que será la responsable de mantenerlo y cubrirá el 20% de la energía que se consuma en el complejo.
Esta “marquesina solar” es el punto culminante de esta nueva sede, un proyecto que fue concebido desde sus orígenes bajo el concepto de arquitectura sostenible. La energía eléctrica obtenida a través de la marquesina solar permitirá reducir las emisiones de CO2 en aproximadamente 1.600 toneladas al año, en línea con los objetivos establecidos en el protocolo de Kyoto.
Por otro lado, la forma del edificio permite una reducción del consumo energético del 30 por ciento que se traduce en reducción de 10.000 toneladas de C02 al año.
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