El estrés laboral está considerado por la Unión Europea como el segundo problema de salud más frecuente tras los trastornos musculoesqueléticos y su coste anual en Europa se ha llegado a cifrar en 20.000 millones de euros.
En el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), organismo dependiente del Ministerio de Trabajo, se ha presentado hoy el libro 'Estrés. Aspectos médicos', en el que, su autor, César Martínez Plaza, analiza uno de los factores que está incidiendo de manera significativa en las condiciones de salud y seguridad en el trabajo.
El estrés puede causar depresión, ansiedad, apatía, falta de concentración, problemas con el alcohol o con las drogas y problemas endocrinos, y también puede inducir al desencadenamiento de numerosas enfermedades, siendo las más típicas las afecciones cardiovasculares, las digestivas, las respiratorias, las neurológicas y el cáncer, entre otras muchas.
En el trabajo, las consecuencias del estrés afectan a la productividad, existe mayor riesgo de sufrir accidentes laborales y aumenta el absentismo. En el ambiente laboral se registran cinco tipos de estrés. El primero es el estrés propiamente dicho, que se puede dar en cualquier actividad laboral y consiste en hiperactividad emocional con predominio de daño fisiológico.
El segundo es el síndrome de 'burnout' o de 'estar quemado', que se origina sobre todo en profesiones que implican ayuda y/o atención de la salud. En este tipo de estrés predomina el daño emocional con efectos negativos y sus manifestaciones clínicas son alteraciones del estado de ánimo, metabólicas y cardiovasculares.
En tercer lugar se encuentra el 'mobbing' o acoso psicológico en el trabajo, que se basa en un falta de respeto y de consideración respecto del derecho a la dignidad del trabajador. Los mayores perjudicados por esta forma de estrés son los trabajadores del sector servicios y los de administraciones públicas. Sus efectos son trastornos físicos y psíquicos, como conductas autolesivas, que pueden implicar ruptura familiar y/o suicidio.
El cuarto tipo es el síndrome agudo de estrés y de estrés postraumático, consecuencia de una experiencia muy traumática que implica una amenaza seria a la seguridad o integridad física. Provoca trastornos de ansiedad que afectan, fundamentalmente, a los integrantes de los Cuerpos de Seguridad del Estado, a bomberos, equipos de rescate, personal de agencias bancarias o comercios expuestos a acciones delictivas, y a trabajadores que sufren un accidente laboral grave o con riesgo de muerte.
El quinto y último es el 'Karoshi', un término que procede de Japón y que se refiere a una clase de estrés que puede provocar la muerte por exceso de trabajo en entornos laborales muy exigentes, por razones de producción y productividad.
MÁS DE LA MITAD DE LOS TRABAJADORES TIENE ESTRÉS.
La última encuesta de condiciones de trabajo elaborada por el INSHT refleja que más de la mitad de las personas entrevistadas padecía estrés.
Para uno de cada cinco encuestados, resulta "incuestionable" que el trabajo afecta a la salud, siendo las principales consecuencias el dolor de espalda, el estrés y el dolor de cuello o nuca.
Las patologías más comunes asociadas al estrés son el cansancio, la alteración del sueño y las cefaleas. El nivel de estrés más elevado lo sufren los directivos, con un 28,7%, seguido de los profesionales (23,6%), los que tienen estudios universitarios (21,8%), los técnicos (19,6%) y los trabajadores de servicios (19%).
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