En el 2006 crecieron un 10%, en parte por la fuerza de gimnasios, geriátricos y centros de estética
La compañía es la pionera en España del dispensador de papel con controlador del consumo
En 1965, una saga de traperos, los Fornt, se pasó a la industria y empezó a fabricar toallas textiles de rollo continuo para los lavabos de los establecimientos de hostelería. En poco tiempo, la empresa familiar, Papelmatic, apostó por el papel y lanzó todo un clásico de la higiene en los lavabos públicos: un toallero automático con dispensador de papel, dotado de un precursor sistema limitador del consumo, del que se han vendido 200.000 unidades hasta la fecha.
Hoy la compañía está dirigida por los hijos del fundador: Imma Fornt, directora general, y Pau Fornt, director de márketing. El toallero automático de papel, producto estrella que se ha ido actualizando, representó una de las primeras sustituciones de la tela por la celulosa en el ámbito de la higiene profesional y de colectivos. Desde entonces, el uso del papel ha crecido: "Por motivos de normativa, el papel está ganando terreno en cocinas profesionales, baños públicos y hospitales", dice Pau. Incluso las fábricas, donde aún resiste el trapo de algodón, se cambian a la celulosa.
La demanda sube: "Nos compran más hospitales, geriátricos, gimnasios y centros de estética". Se trata de establecimientos en auge por la pujante privatización de la sanidad, por el envejecimiento de la población y por el aumento del culto al cuerpo. La otra cara de la moneda es la industria, que pierde fuerza en el tejido económico. En el 2006, Papelmatic incrementó sus ventas un 10%, hasta alcanzar los 4,6 millones de euros. Cada año manipula unas 2.000 toneladas de papel.
La firma nació con el boom turístico de los 60. Pero enseguida se diversificó hacia la industria, las oficinas, los edificios públicos y los centros sanitarios. "Fuimos precursores en el diseño de un sistema de freno que permitía un consumo racional del dispensador; esa característica nos dio una ventaja competitiva". Hoy la empresa se presenta como una asesoría en la fijación de protocolos de lavado o higiene personal y profesional para los empleados.
Las ventas se reparten a partes iguales entre hospitales y ambulatorios (papel para curas, papel camilla, papel secamanos y pañuelos faciales, entre otros productos); colectividades –equipamientos públicos, oficinas, hostelería y restauración, etcétera–; clientes industriales y distribuidores y empresas de limpieza.
Papelmatic comercializa 350 referencias de producto: 100 corresponden a productos de papel. El resto son dispensadores, jabones y tejidos especiales y otros productos para la limpieza profesional e industrial.
La compañía catalana distribuye en exclusiva en España los jabones de la marca estadounidense Gojo, cuyos dispensadores administran hasta 1.700 lavados. "Purel, de Gojo, es un genérico en EEUU: es un gel antibacteriano que no requiere agua. Lo usan médicos, cocineros o empleados de un fast food".
Papelmatic distribuye en exclusiva en Catalunya y Levante las bayetas Sontara, un tejido no-tejido (de base sintética) de Dupont que está pensado para limpiezas técnicas y delicadas: "Para la industria farmacéutica, de la electrónica, de la alimentación y de la automoción. En las fábricas de coches, por ejemplo, limpia la grasa de la carrocería antes del pintado".
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