Es necesario adaptar la preparación de los futuros profesionales a las demandas de las empresas, pero éstas también deben implicarse ofreciendo formación continúa a sus trabajadores, pues sólo así se podrá mejorar la competitividad del sector productivo español. Fue uno de los ejes sobre el que giró el último debate del simposio de las Cámaras de Comercio españolas, cuyos técnicos de formación se reunieron en Ourense. También urgieron que la empresa habilite vías para integrar a los inmigrantes.
La necesidad de mejorar la cualificación de los trabajadores centró la última sesión del simposio de formación de las Cámaras de Comercio. En el debate participaron Rafael Arín, director de Ferrocarriles en Copasa; Román Knörr, presidente de la Comisión de Formación del Consejo Superior de Cámaras; Ovidio Fernández, presidente de la Cámara de Ourense; Juan Francisco Gálvez, vicerrector del Campus ourensano; y Ricardo Capilla, gerente del Parque Tecnológico.
’La formación debe ser compartida entre centros oficiales y empresas’, señaló Rafael Arín. El idioma y estar dispuestos a la movilidad son cuestiones básicas. ’Estamos produciendo unos magníficos universitarios, aunque les falta algo de formación práctica’, indicó, y considera fundamental que se recupere la Formación Profesional, porque ’son los que hacen país’. Pero la formación también debe continuar durante toda la vida laboral y las propias empresas deben ofrecerla a sus trabajadores. ’Necesitamos formación continua, para no perder el tren’, señaló Capilla. En este sentido, es fundamental que la población sepa manejar las nuevas tecnologías (un 70% de los españoles no sabe usar internet) y adaptarse a las que llegan.
También se debatió sobre la situación de los jóvenes: ’Es verdad que los titulados cuando salen se creen el ombligo del mundo’, opinó Gálvez, pero criticó que un 50% trabajan en puestos que no requieren titulación y que en España sólo cobran un 20% más que una persona sin título. Atribuyó la separación entre Universidad y empresa, a que ’no se nos valoraba’, aunque la situación ahora está cambiando.
Fernández Ojea planteó la relevancia de las infraestructras para el desarrollo, en concreto, del AVE: ’No es lo mismo que llegue en dos años que en 20. El tiempo es vital para organizar la vida económica de en país’.
Asimismo, y ante la desaceleración de la construcción, hay que buscar otros sectores que tomen el relevo. ’Debemos ser extremadamente competitivos. No podemos competir en costes laborales, pero sí en productos con valor añadido’, indicó Knörr. A raíz de esto se analizó la problemática de la deslocalización, ante la que es preciso invertir más en I+D e infraestructuras, políticas de apoyo empresarial, más conexión entre conocimiento y produtividad, cuidar las políticas fiscales…
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