CCOO y UGT lanzaron ayer un ultimátum a la patronal de la región, asegurando que la negociación sobre la siniestralidad laboral abierta entre ambas partes tiene "fecha de caducidad", exigiéndole que se pronuncie públicamente si está dispuesta a acometer las medidas necesarias para frenar la sangría, o si por el contrario "solo se dilata en el tiempo para que se amortigüe el impacto de los accidentes mortales".
En estos términos se pronunciaron los secretarios regionales de CCOO, José Luis Gil, y de UGT Carlos Pedrosa, en rueda de prensa, quienes a pesar de dar un toque de atención a los empresarios castellano-manchegos, aseguraron que de aquí a otoño, aún hay tiempo para agilizar el diálogo, y alcanzar "más pronto que tarde" un acuerdo que vaya en la dirección de erradicar este problema.
"Hacemos un llamamiento a la seriedad, a la corresponsabilidad de la patronal para atajar los accidentes laborales", dijo Gil, quien añadió que en definitiva son estos los primeros responsables que han de cumplir la Ley de Riegos Laborales, pues es en "su ámbito donde se pone en riego la vida de sus trabajadores, y con demasiada frecuencia, la pierden".
Según el secretario regional de CCOO, si abordar esta cuestión "antes era urgente ahora es inaplazable, dado los 45 accidentes mortales que se han producido en la región en lo que va de año, y si antes era importante que todos compartiésemos esta preocupación, hoy es indiscutible".
Explicó que en varias ocasiones han planteado por escrito a la patronal castellano-manchega la necesidad de agilizar y retomar el diálogo "pero hemos tenido una respuesta muy cicatera y poco comprometida".
Por ello, aseveró, "no vamos a abrir una mesa eternamente. Tiene que haber un reconocimiento clave y expreso por parte de la patronal para ver si apuesta por un acuerdo o solo se dilata en el tiempo para que se amortigüe el impacto de los accidentes mortales. A eso no vamos a jugar".
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