El acoso psicológico laboral es realizado en el 54% de los casos sólo por hombres, y en el 22%, exclusivamente por mujeres, según declaraciones de las propias víctimas. Al analizar el sexo de la persona perjudicada y de la que comete el delito, los hombres resultan acosados principalmente por otros hombres, mientras que las mujeres son indistintamente perseguidas por varones o por otras mujeres.
Otra característica, es que el autor suele ocupar un estatus jerárquico mayor que su víctima, aunque las trabajadoras son acosadas con mayor frecuencia que sus compañeros por alguien que ocupa su misma posición.
El “mobbing” o acoso laboral (en todas sus facetas) y sus consecuencias para el bienestar psicológico de los trabajadores figura en un estudio realizado por la Universidad de Valencia, difundido este viernes por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Para la muestra se ha consultado a 1.714 trabajadores, de los que 911 (53%) eran hombres y 803 (47%), mujeres. Además, el 60% tenía entre 25 y 39 años de edad; y el 75% estaba ocupado en una empresa grande; el 15%, en una mediana; y el 10%, en una pequeña.
Los resultados se han agrupado en tres apartados. El primero, destinado al acoso psicológico, refleja que, en los seis últimos meses, de cada 100 ocupados, ocho han sido víctimas. La tasa es más alta entre las mujeres (9%) que entre los hombres (7%). Sin embargo, los casos graves afectan más al personal masculino (58%) que al femenino (45%). Al ampliar el periodo a toda la vida laboral, el índice sube al 19% para los dos géneros, aunque los hombres vuelven a ser objeto de las peores persecuciones.
Agresiones y síntomas
Este tipo de acoso se traduce en agresiones organizativas (no asignar tareas o trabajos humillantes o sin sentido), verbales, sociales (ignorar a la víctima), y contra la vida privada (rumores o mentiras). Los hombres tienden a padecer más los comportamientos vinculados con el trabajo y las mujeres, los que afectan a las relaciones sociales y a su vida privada.
Respecto a la naturaleza de la empresa, el número de víctimas es aproximadamente el mismo en el sector público que en el privado. En cuanto al tamaño, el porcentaje de perjudicados es mayor en las pequeñas que en las grandes; y por sexo, los hombres son los más damnificados en las grandes y las mujeres, en las pequeñas. Los síntomas que padecen las víctimas de ambos sexos son físicos, de ansiedad, obsesivo-compulsivos y de intrusión. Los depresivos sólo aparecen en las mujeres.
Dobles víctimas
El segundo apartado se refiere al acoso sexual en el trabajo y desvela que el 24% de las mujeres víctimas de este tipo de persecución también ha padecido el psicológico, situación que sólo se da en el 10% de los casos masculinos. Otros datos recogen que el 8% de las mujeres y el 3% de los varones han sido acosados sexualmente, aunque sólo el 2% de las primeras y el 1% de los segundos reconocen que la situación “revestía una naturaleza grave”. Las mujeres son víctimas, en el 93% de los casos, de hombres; y los varones, en el 51%, también de miembros de su mismo sexo.
Por último, el desgaste profesional afecta al 7% de los hombres y al 9% de las mujeres. No obstante, un gran porcentaje de los trabajadores, alrededor del 40%, reconoce haber estado cerca de caer enfermo; y un 27% del personal femenino y un 26% del masculino aseguran conocer a personas que han necesitado la baja médica por el acoso laboral.
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