La mayoría de los ciudadanos europeos, y en especial los de los países más veteranos de la Unión, aseguran dominar una lengua oficial comunitaria distinta a la suya lo suficientemente bien como para mantener en ella una conversación ordinaria. Son datos del último eurobarómetro de la Oficina Estadística de la Comisión Europea (Eurostat), que aseguran que el 56% de los habitantes de la UE son capaces de hablar al menos un idioma de otro estado miembro. Sin embargo, las diferencias entre países son tan acusadas que señalar una media resulta muy poco orientativo.
Entre el 99% de luxemburgueses que dominan al menos un idioma distinto al materno -un 92% hablan tres lenguas y un 69%, cuatro- y el 66% de la población griega que sólo es capaz de expresarse en griego, media un imponente abismo en que se cuelan británicos, italianos, portugueses, húngaros, españoles y franceses, todos por debajo de la media.
En España, sólo un 44% de los encuestados -fueron consultadas cerca de 28.000 personas en los 27 miembros de la Unión, además de Croacia y Turquía- asegura conocer otra lengua, y menos del 17%, dos idiomas, once puntos por debajo de la media comunitaria.
Gallego, catalán y vasco
Claro que en la estadística no se incluye a aquellos residentes en España que, además del castellano, hablan gallego, catalán o vasco, y que constituyen un 15% de la población. Esas lenguas son oficiales en España, pero no en la UE, y la Comisión no las tuvo en cuenta a la hora de medir el nivel de conocimientos lingüísticos de los europeos.
También hay diferencias muy profundas en cuanto al aprendizaje de los idiomas y a la calidad de los resultados obtenidos por cada sistema educativo nacional. Un ejemplo: el inglés forma parte desde hace decenios de los currículos de los escolares españoles, pero apenas la mitad de los padres consideran que esa vía sea la más útil para que sus hijos aprendan el idioma, a pesar de que casi un 80% lo juzga como fundamental para su formación y su futuro laboral.
De hecho, sólo un 43% de los niños españoles que dominan esa lengua dicen haberla aprendido en el colegio. En países como Italia, Irlanda, Portugal, Austria, el Reino Unido, los Países Bajos, Dinamarca y Lituania la confianza en la educación escolar supera con creces a otros instrumentos de aprendizaje, como las clases particulares o las estancias en otros países, que en España aparecen como los más apreciados por las familias.
Lo cierto es que los españoles, y con ellos los gallegos, deberían tomarse en serio lo de aprender otras lenguas comunitarias, porque, pese a contar con más de 450 millones de hablantes nativos en todo el mundo, el español no está entre las elecciones preferidas por el resto de los europeos.
El inglés es la segunda lengua elegida por el 38% de los habitantes de la UE, mientras que un 14% optan por el francés y otros tantos por el alemán. Apenas un 6% por el castellano, un nivel similar a las preferencias que obtiene el ruso.
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