La consellera de Treball, Mar Serna, mantiene la presión sobre la construcción. El ligero aumento de la siniestralidad laboral del sector durante este año, con 20 trabajadores muertos de enero a junio, uno más que en el mismo periodo del 2006, no es motivo para bajar la guardia, y más cuando ha habido una buena dosis de suerte en algunos accidentes muy graves que acabaron sin un herido leve. Serna ha dado instrucciones para enviar inspectores a todos los accidentes graves de la construcción aunque no hayan originado daños a las personas.
Hasta ahora, no había una investigación sistemática de los siniestros de la construcción en los que no había heridos y que, por tanto, no se consideran como accidentes laborales. Pero la titular de Treball ha tomado la decisión después de producirse varios siniestros en obras que, pese a su extrema gravedad, no causaron daños personales. "En unas semanas –aseguró– se han producido cuatro accidentes muy importantes en los que, por suerte, no ha habido heridos aunque podían haber sido un desastre con efectos multiplicadores en la pérdida de vidas".
La consellera se refería a la caída de una grúa de un edificio en construcción en el barrio del Guinardó de Barcelona; el desplome de un muro en las obras del solar de la antigua fábrica de Bayer, que se llevó por delante 30 metros de calle; el desprendimiento del techo metálico de un aparcamiento en Reus; y el derrumbe de una pared en la rehabilitación del edificio del antiguo seminario menor de Girona.
INVESTIGACIÓN INTERNA
Para la consellera, estos accidentes son "una oportunidad muy buena para investigar las causas y mejorar con el objetivo de que no se repitan" con peores consecuencias para los trabajadores. En primer lugar, han de ser los propios empresarios los primeros interesados en averiguar los motivos y subsanar los errores, según la titular de Treball.
Pero, a partir de ahora, los 11 inspectores y 30 técnicos especializados en construcción tienen instrucciones de acudir a los siniestros graves sin heridos. En los casos en los que la investigación concluya que los siniestros se deben a errores de planificación en los que también hubo incumplimientos de la ley de prevención de riesgos laborales, Treball impondrá sanciones graves, que prevén multas que oscilan entre los 1.502 euros y los 30.050.
PROBLEMAS PENDIENTES
Los buenos datos de siniestralidad laboral del sector en Catalunya, que ha moderado este año el fuerte incremento de víctimas, no son suficientes, según Serna, que considera que la acumulación de siniestros muy graves sin heridos son "avisos" de que "todavía no se están haciendo bien las cosas en prevención en la construcción".
La advertencia de la consellera se produce dos meses después de la polémica generada por un anuncio de Treball que reproducía un depósito de cadáveres a las puertas del salón Construmat. La impactante visión de una morgue gigante dio pie a unas duras quejas de las patronales y los gremios de la construcción. Asimismo, está a punto de cumplirse un año de la muerte de cinco albañiles sepultados en el Poblenou en uno de los accidentes más graves del sector en Barcelona.
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