El sector pesquero catalán registró 389 accidentes laborales en 2006, uno de ellos mortal, según un estudio de la UGT, que atribuye la escasa prevención a la 'casi nula' negociación colectiva en esta actividad, que mantiene tradiciones como la supeditación de parte del salario a las capturas.
Este dato se incluye en el 'Estudio de prevención de riesgos laborales en el sector pesquero catalán', elaborado por la Federación Nacional de Transportes, Comunicaciones y Mar de la UGT de Cataluña en base a 209 encuestas recopiladas entre noviembre de 2006 y febrero de 2007, y que han contestado mayoritariamente armadores (127, que representan el 65% del total).
El secretario general de la Federación del Mar de la UGT de Cataluña, Joan Moreno, ha indicado que el objetivo del estudio es disponer de un instrumento útil para las buenas prácticas en la prevención de accidentes laborales en el sector.
Según datos del departamento de Agricultura de la Generalitat, el pasado año se registraron en Cataluña 389 accidentes laborales en el sector, de los que 141 sucedieron en la provincia de Barcelona, 108 en la de Girona y 139 en la de Tarragona.
Sólo uno de ellos resultó ser mortal, mientras que los siniestros graves fueron tres (uno en Barcelona y los otros dos en Tarragona).
A pesar de que otros sectores como la construcción registran niveles de siniestralidad laboral más altos y de que los datos de accidentalidad en la pesca pueden parecer moderados, el estudio puntualiza que las cifras concretas por parte de pesca 'no están disponibles o, al menos, no son datos de fácil obtención'.
Por esta razón, considera 'conveniente' disponer de datos específicos de siniestralidad en la pesca, sin tener en cuenta la acuicultura, además de incorporar el criterio del arte de pesca en el que se producen los accidentes laborales.
El informe constata la 'casi nula' existencia de negociación colectiva en un sector en el que las relaciones laborales 'no han evolucionado' con el tiempo y se mantienen tradiciones como el cobro de salario 'a la parte', que consiste en completar el sueldo en función de la venta de las capturas.
Este sistema retributivo, las características del puesto de trabajo, el perfil de las tripulaciones -en las que el armador se dedica también mayoritariamente a la explotación de los buques- y la larga duración de la jornada laboral configuran unas relaciones laborales que apenas han cambiado con los años.
La ausencia prácticamente total de una negociación colectiva no favorece la prevención de riesgos laborales, según constata el estudio.
Así, la jornada laboral en el sector pesquero catalán es de entre diez y doce horas, lo que dista mucho de las cuarenta horas semanales establecidas por el Estatuto de los Trabajadores.
Moreno ha precisado que, según las conclusiones del informe, los trabajadores de la pesca asumen el riesgo en el trabajo como algo inherente al mismo y lo aceptan como uno más de los condicionantes de la dureza de su profesión, a pesar de que los encuestados son conocedores en un 83% de los casos de la ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Las caídas, los golpes, los cortes y las quemaduras son los accidentes más habituales en el sector.
La flota pesquera operativa con puerto base en Cataluña está constituida por 1.349 embarcaciones, según datos de principios de 2007.
La mayoría de las embarcaciones se dedica a la pesca con artes menores (771), seguidas de las de arrastre (346), las de cerco (109), los palangres de fondos (68) y los de superficie (11), además de seis buques atuneros.
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