El estrés laboral se ha transformando en un problema social que debe preocupar a las autoridades y empleadores, al convertirse en un agente que está deteriorando la salud de los trabajadores, lo cual está repercutiendo en sus vidas diarias y la productividad de las empresas en las que se desempeñan.
Así lo sostiene el académico español Pedro Gil-Monte, sicólogo y académico del Departamento de Sicología Social de la Universidad de Valencia, España, quien ofreció la conferencia “Riesgos psicosociales en las organizaciones” en el marco del VI Ciclo de Conferencias “Actualizaciones para el Management”, organizada por la Universidad de Viña del Mar junto a la Sofofa y Asiva.
El experto agregó que al no atacar con prontitud estos problemas, mejorándose la calidad de vida laboral del trabajador, éste puede caer en un proceso de desgaste progresivo provocado por un creciente estrés laboral, que en algunos casos puede desembocar en el “síndrome de quemarse por el trabajo”, conocido como “Burn out”, al que definió como “un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por el involucrarse en situaciones emocionalmente demandantes, durante un tiempo prolongado”.
En ese marco, comentó Pedro Gil-Monte, la fuerte competitividad e inseguridad que rigen en el ámbito laboral, las exigencias del medio, los cambios trascendentales en los enfoques de la vida y las costumbres, condicionan un ritmo vertiginoso, que genera angustia, agotamiento emocional, trastornos en los ritmos de alimentación, actividad física y descanso, con dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo que ponen en jaque a la salud de los individuos del nuevo milenio.
Esta afección afecta sobre todo a los trabajadores del área de los servicios, en especial profesiones con un fuerte contacto con las personas y que en varios países han visto disminuir su libertad, expectativas e incluso consideración pública, como las del área salud (enfermería, medicina) y seguridad pública (policía y gendarmería)
Considerando esto, la vocación por el trabajo puede ser un arma de doble filo: por un lado brinda satisfacción si se crece profesionalmente, pero también puede ocasionar desilusión y apatía si la propia tarea es percibida como intrascendente y no se cumplen las expectativas cifradas. Así, las fuertes presiones a que se ven expuestos muchos profesionales, cuyas caras más visibles son el empeoramiento de las condiciones laborales, la caída salarial, el aumento de las exigencias por parte de las instituciones sin la retribución y la falta de expectativas de solución, se manifiestan a través de vivencias de vacío existencial y estrés prolongado que van minando las defensas y debilitando la respuesta ante estos males.
En este último caso, el estrés crónico puede producir algunos síntomas como resistencia a concurrir al trabajo, culpa y pérdida de la autoestima, miradas frecuentes al reloj, pérdida del interés e indiferencia, insomnio, dolores de cabeza, problemas conyugales y familiares, entre otros. Cuando varias de estas señales se combinan, hay que replantearse la forma de trabajar, llegándose incluso a la necesidad de analizar la extensión de la jornada y la relación con pares y superiores..
Como superar los riesgos laborales
Los riesgos psicosociales y sus efectos pueden ser prevenidos con un fuerte compromiso. Así, recomienda Gil-Monte, se debe apuntar a mejorar la formación, promoviendo la presencia de jefes que motiven a sus empleados y que sean buenos conformadores de equipos. Por otro lado, se debe alentar la participación de los trabajadores en las decisiones, por lo menos en los niveles que les correspondan; ofrecer apoyo social en el trabajo; apoyar el desarrollo de habilidades sociales; invertir económicamente en prevención, que al final siempre resultará una inversión rentable para las empresas (siempre es mejor que la pérdida de varios días por licencia médica). Finalmente, siempre es necesario considera la acción del Estado, mediante la dictación de normativas referidas a la prevención de riesgos laborales y la fiscalización del cumplimiento de estas normas.
“No olvidemos que debemos fomentar el cambio de patrones culturales para inculcar la necesidad de prevenir y superar los riesgos laborales. Estos redunda en trabajadores contentos, seguros y sin amenazas a su salud, que en definitiva rendirán más”, concluye el experto español.
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