Las metalúrgicas están más interesadas en mejorar sus conocimientos profesionales que sus compañeros masculinos, según se desprende de la Memoria Anual de la Fundación del Metal para la Formación, Cualificación y el Empleo. Este afán les permite sin duda triunfar laboralmente en ramas productivas casi copadas por hombres. Por ejemplo, 31 de cada 100 mujeres contratadas en el metal llegan a ocupar cargos directivos o técnicos de alta responsabilidad, puestos a los que sólo accede el 19% de los hombres del sector.
La Fundación, integrada por las federaciones correspondientes de CCOO y UGT y por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (CONFEMETAL) ha impartido clases (desde el 1 de abril de 2006 hasta el 30 del mismo mes de 2007) a 80.000 metalúrgicos de 18.088 empresas. En total se realizaron 591 acciones formativas diferentes, repartidas en 5.787 grupos, lo que supuso 276.430 horas de aprendizaje.
La labor de la Fundación, además de mejorar los conocimientos profesionales de los trabajadores, sirve de orientación sobre cómo está el sector, sus perspectivas de futuro y las características de sus empleadores y empleados. Así, desvela que las mujeres son más conscientes que los hombres de que la industria metalúrgica ya no está asociada a actividades que requieren gran fuerza física y, por esto, apuestan por mejorar su cualificación.
Carencias
Prueba de ello, es que el 18,20% de los participantes en los cursos eran trabajadoras, pese a que la mano de obra femenina en el metal apenas acapara el 15% del total. En cifras absolutas, del número de alumnos participantes en los cursos, 14.741 fueron mujeres y 66.245 hombres.
La formación se imparte a través de un contrato programa financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el Fondo Social Europeo vía Servicio Público de Empleo Estatal, antiguo INEM. Entre sus objetivos figura cubrir las carencias sectoriales detectadas desde hace años. En el metal faltan soldadores, fresadores, caldereros, chapistas, torneros, etc.
En este sentido, la Fundación se congratula de que predominen los participantes jóvenes en los cursos realizados, asistencia que aumenta en relación con años anteriores.
Más de la mitad de los alumnos era menor de 35 años. A su juicio, también es importante, “aunque relativamente pequeño”, el porcentaje del 1,7% de trabajadores mayores de 54 años que “mantiene ilusión” por mejorar sus conocimientos.
Elisa García
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