Huelen a nuevo. Las tapicerías están casi impecables y el salpicadero, brillante. Pero en materia de seguridad y confort son un auténtico peligro. Esto es lo que opinan muchos agentes de la Policía Nacional sobre los nuevos coches patrulla que se han sumado recientemente al parque móvil de la Jefatura en la provincia de Granada.
La coalición sindical CEP-UFP ha denunciado que en los nuevos coches, las condiciones en las que están obligados a pasar su jornada laboral los agentes granadinos son «infrahumanas». Tanto es así que el sindicato ya los ha bautizado como «radiopatrulla-patera».
Según la denuncia realizada por la citada agrupación, «no han establecido los controles de calidad necesarios», algo que atribuyen a una «negligencia», ya que los coches no cumplen -creen- la normativa en materia de seguridad y salud laboral vigente.
Entre otras cosas, destacan la falta de visión de la pantalla del equipo de transmisiones, la retirada de los faros antiniebla que venían de serie, junto a otros elementos de seguridad que no fueron incluidos. Ahora bien, de la mera observación de estos coches se pueden alcanzar otras conclusiones.
Barras de hierro
La primera, y más sorprendente, son las dos barras paralelas de hierro que se tocan con la zona lumbar del usuario, debido a que no están protegidas por ningún material amortiguador. Al tomar asiento, ya molestan. «Si un agente tiene un choque grave, se parte la espada con esto», advierten desde la citada colación sindical.
Pero no sólo eso, el habitáculo es pequeño. Tanto que no acepta a una persona de más de 1.75. «Cabe, pero no se puede mover bien. Hasta el volante choca con las piernas», añaden. Además, el tope de los raíles para desplazar los asientos, falla. Con el consiguiente riesgo de desplazamiento hacia adelante en caso de siniestro. Los agentes tienen que pasar turnos de entre siete y diez horas. Por lo que el citado sindicato considera que atenta contra la salud y la integridad física de los funcionarios. En la actualidad existen 35 coches de estas características. Piden que sean retirados o adecuados a las necesidades.
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