Ni Madrid ni Barcelona. Las factorías de software, centros de desarrollo y ensamblaje de aplicaciones informáticas a medida del cliente, se expanden por toda la geografía española en busca de poblaciones de tamaño mediano, cercanas a universidades técnicas que se transforman en su principal granero laboral. Su objetivo es captar el talento de titulados muy motivados, huir de la creciente rotación laboral de las grandes metrópolis y abaratar costes salariales.
Albacete tiene desde mayo una nueva fuente de empleo cualificado. Se trata de un centro de desarrollo de software abierto por Vector SF, firma española participada por Grupo Santander, la Universidad Alfonso X el Sabio y Avanza, multinacional estadounidense especializada en la creación de este tipo de factorías de componentes de aplicaciones informáticas.
El caso de Vector es sólo uno de los últimos eslabones de un fenómeno que se ha extendido de forma imparable en los últimos años por toda España: la dispersión de este tipo de centros en capitales de mediano tamaño. Los principales beneficiarios son los recién licenciados de carreras técnicas y científicas de las universidades de dichas localidades, que ven la posibilidad de desarrollar un trabajo cualificado y una carrera profesional sin tener que desplazarse lejos de su lugar de origen.
Un millón de euros
Vector, que en 2007 cumple su primer lustro de existencia, terminará el año con unos 400 trabajadores en plantilla, de los que en torno a 70 ejercerán en el nuevo centro, situado en pleno núcleo urbano de Albacete. De momento son 35 empleados, pero la previsión de la compañía es doblar el número en los próximos meses.
Según Jorge González, director general de la firma, en 2008 prevén volver a duplicar su plantilla en Albacete, hasta alcanzar los 150, "una cifra mágica que se considera en el sector como la más adecuada para garantizar un clima laboral de calidad". La inversión inicial en la nueva factoría albaceteña, que se une a las dos ya existentes en la comunidad de Madrid, ha sido de 450.000 euros y se prevé que facture a finales del presente ejercicio en torno a un millón de euros.
Aparte de Albacete, ciudades como Lleida, Cáceres, Langreo, Badajoz, Ciudad Real, Murcia o Málaga, además de Valencia, se han visto beneficiadas en los últimos años con la apertura de centros de desarrollo de software por parte de firmas punteras del sector, como Microsoft, IBM, Indra, Accenture, Cap Gemini, PSL o Soluziona, entre otras.
Algunas compañías optan incluso por localidades más pequeñas, como ocurre con Iecisa (Informática El Corte Inglés) que a principios de año abrió su nuevo centro en San Martín del Rey Aurelio, concejo asturiano de tradición minera de 19.300 habitantes.
La particularidad de estas factorías, importadas de EE UU, reside en que cada profesional se ocupa solo de aquel componente del software del que es especialista, lo que redunda en la calidad del producto final, al tiempo que permite que fluyan las innovaciones.
"La factoría de Albacete", expone Jorge González, "es sólo la primera de un modelo multicentro al que queremos dar continuidad. Nuestra intención es abrir centros de desarrollo de software, de entre 100 y 150 empleados, en diferentes puntos de la geografía española, y más adelante posiblemente dar el salto a Sudamérica".
Antes de decidirse por la localidad castellanomanchega, los ejecutivos de Vector analizaron 56 ciudades medianas. "Albacete salía en el grupo de cabeza, pero en la lista de preferencias tenía algunas otras por delante. Lo que nos hizo decantarnos por ella fue que en las otras candidatas la competencia ya estaba implantada", prosigue el director general de Vector, compañía que proyecta abrir otro centro similar en un plazo de unos seis meses. El lugar de su ubicación se mantiene en secreto para no dar pistas a los competidores.
Pese a reconocer que los salarios que pagan en Albacete son inferiores a los de Madrid y Barcelona, González asegura que no es éste el motivo principal de su plan de expansión lejos de las dos metrópolis. "Lo que buscamos no es el ahorro de costes salariales sino disponer de profesionales motivados y muy vinculados a nuestro proyecto empresarial e investigador, algo que en Madrid y Barcelona es más difícil de encontrar, por la fuerte rotación laboral existente en un sector tan dinámico".
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