El correo electrónico produce estrés en los trabajadores: recibir continuos mensajes y permanecer alerta al buzón de entrada disminuye la productividad y crea frustración y fatiga, según revela un estudio elaborado por investigadores de las universidades de Glasgow y Paisley.
Según esta investigación, más de un tercio de los trabajadores dice comprobar su buzón de entrada cada quince minutos, y un 64% al menos una vez cada hora. Sin embargo, la dependencia del mail quedó clara con el software de monitorización que utilizaron los investigadores, que dejó el siguiente dato: como media, cada empleado consulta si tiene mensajes nuevos entre 30 y 40 veces por hora.
Así, no es de extrañar que un 33% declare sentirse agobiados por la necesidad de responder rápidamente los e-mails; un 28% se lo toma con más calma, y sólo un 38% están lo bastante relajados como para aplazar hasta el día siguiente la respuesta.
Muchos empleados se sienten invadidos por los correos que reciben y deben abandonar otras tareas para atenderlos. El problema es que cuando se vuelve a la tarea que se había apartado, a menudo se pierde el hilo de lo que hacíamos, lo cual repercute en la productividad. Además, a la larga, el cerebro se fatiga por tantas interrupciones y cambios de actividad, lo que nos vuelve aún menos productivos.
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