Más de 2.000 soldados, policías y mineros trabajan contrarreloj para salvar a los 181 picadores atrapados en dos pozos de carbón inundados en la ciudad oriental de Xintai a causa de las fuertes lluvias, los últimos accidentes de una larga lista en el sector minero más peligroso del mundo.
Hasta esta mañana, la zona registró fuertes precipitaciones que provocaron inundaciones repentinas y la rotura de un dique en el río Wen, cuyas aguas llegaron a ambas minas, explicaron fuentes oficiales citadas por la agencia estatal, Xinhua.
La gran cantidad de agua filtrada hace que las posibilidades de hallar supervivientes sean mínimas, subrayó Wang Ziqi, director de la Administración de Seguridad en las Minas de Carbón de la provincia de Shandong.
En la mina de Huayuan, 172 mineros están atrapados desde la tarde de ayer después de que el pozo se inundara cuando trabajaban 756 picadores, de los que 584 lograron ponerse a salvo.
La mina tenía licencia y una capacidad de producción de 750.000 toneladas al año.
El segundo accidente se registró en un pozo muy cercano, el de Minggong, que se inundó también a causa de las lluvias cuando 95 mineros trabajaban bajo tierra, de las que nueve quedaron atrapados.
La mayoría de los mineros aprisionados en ambos pozos son residentes de las zonas rurales que circundan la ciudad (situada a unos 150 kilómetros de la capital provincia, Jinan), dijo Wang Junmin, vicegobernador de Shandong.
Los equipos de rescate están bombeando agua desde el interior de los pozos, al tiempo que han sellado una sección de 30 metros del dique roto.
La Administración Estatal de Seguridad Laboral ha ordenado a todas las minas de carbón a lo largo de ríos y canales que cancelen la producción y evacúen a sus trabajadores, según informa Radio Internacional de China.
Los últimos incidentes llegan horas después del rescate de los 14 mineros que estuvieron atrapados durante más de 24 horas en una mina inundada de la provincia oriental china de Jiangxi.
Fue el segundo salvamento minero de agosto, después de que 69 picadores fueran rescatados en la provincia central de Henan tras quedar atrapados durante tres días en un pozo inundado, también a causa de las fuertes lluvias.
Unos 7.000 mineros fallecieron el año pasado en las minas chinas, 4.700 de ellos en el sector carbonífero, del que depende el 70 por ciento de la energía que consume el país.
Para atajar la excesiva siniestralidad, China se ha fijado en las medidas de seguridad de países como España, Ucrania y Australia.
Sin embargo, las medidas aplicadas para atajar los accidentes, incluidos duros castigos para los responsables de accidentes, no han conseguido hasta el momento frenar de forma considerable la cifra de accidentes y muertos.
Muchas veces, los siniestros están vinculados directamente con la corrupción en las zonas mineras, que hace que muchos pozos cerrados por su inseguridad sigan funcionando gracias a los 'favores' económicos que sus propietarios hacen a los políticos locales.
La sobreexplotación es otra de las causas y, a medida que se agota el carbón en las capas más superficiales, se excava cada vez a más profundidad, donde la concentración de gas grisú es mayor.
El Gobierno ha puesto en marcha una reforma del sector, que acabará en el año 2008, y dentro de la cual sólo permitirá que cada zona minera sea explotada por una compañía.
En el país asiático existen 5.345 zonas mineras con reservas verificadas, principalmente en el sector del carbón, aunque el número de empresas que las explotan es de 13.227, lo que lleva a una competencia feroz y a una producción excesiva.
La mayoría de los accidentes se registran precisamente en pozos pequeños y sin controles de seguridad, por lo que Pekín ha decidido también cerrar unas 10.000 explotaciones de este tipo.
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