Doce bomberos, uno por cada parque del Ayuntamiento de Madrid, depositaron hoy ramos con diez rosas rojas en memoria de los diez compañeros muertos en acto de servicio en el incendio que hace 20 años arrasó los Almacenes Arias, en la céntrica calle Montera.
En un acto sobrio y sin palabras oficiales, las familias de los diez fallecidos y una representación municipal encabezada por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, la portavoz del PSOE, Pilar Gallego, y el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, guardaron un minuto de silencio junto a la placa que recuerda a los bomberos en el inmueble que hoy ocupan unos cines.
El alcalde colocó una corona de laurel sobre el grabado que recuerda a Juan Antonio Escalera, Amando Juárez, Francisco Madueño, Miguel Azuaga, Juan José Gómez Magro, Manuel Molina Río, Julio Onrubia, Ángel González Soto, Francisco Javier Plaza y Manuel García Martín, que murieron a las 2.30 horas del 5 de septiembre de 1987 cuando el edificio de los almacenes se derrumbó sobre ellos.
Juan Redondo, oficial de bomberos del Ayuntamiento, recordaba hoy que "en aquellos tiempos, la pérdida de la vida de aquellos compañeros fue una tragedia inmensa por la calidad de esas personas" y explicaba que los compañeros, "mentalmente" lo pasaron "muy mal" y vivirán "toda la vida con ello".
El oficial, que participó durante aquellos cuatro días en la búsqueda de sus compañeros bajo los escombros, dijo que la "tragedia" de los Almacenes Arias sirvió para revisar los métodos de trabajo del cuerpo.
María Luisa, la madre de Miguel Azuaga, uno de los fallecidos, señaló hoy que los bomberos, que dejaron en la calle Montera "diez vidas y diez familias destrozadas" se merecen "algo más que una placa".
No obstante, la madre de Azuaga subrayó que Ruiz-Gallardón "siempre se había portado muy bien" con su familia y siempre había recordado a su hijo "porque fue el primero al que rescataron y enterramos, en el cementerio de Carabanchel".
Hoy, María Luisa recordaba a su hijo, que falleció con 31 años, como "una persona maravillosa, con un corazón como una catedral, y dejando su vida por cualquiera, porque él no estaba de servicio ese día y fue a los almacenes a echar una mano a sus compañeros".
Los actos en homenaje a los diez bomberos continuarán mañana con una misa, a las 18.00 horas, en la iglesia de la Virgen de la Paloma, patrona de los bomberos, y continuarán el sábado día 8 con una carrera vertical de bomberos por las 33 plantas de la Torre Espacio, en la que también participará una representación de Emergencias Madrid.
Una carrera por el centro de la capital, que partirá de la Puerta del Sol a las 10.00 de la mañana del próximo domingo día 9 será el acto final de homenaje y respecto a los fallecidos.
El incendio de los Almacenes Arias, situados en los números 29 y 31 de la calle madrileña de Montera, en el centro de la ciudad, comenzó en la tercera planta del edificio poco antes de las ocho de la tarde del 4 de septiembre de 1987 y obligó a desalojar el inmueble y acordonar las zonas colindantes.
El entonces alcalde de Madrid, Juan Barranco, presenció las tareas de extinción del incendio, que parecía controlado dos horas después y que, inicialmente, sólo habían causado la intoxicación de ocho bomberos.
Sin embargo, unas horas después el siniestro adquirió una dimisión trágica, cuando poco después de las 2.30 horas de la madrugada del día 5 las vigas cedieron y seis de las ocho plantas del edificio se desplomaron sobre los bomberos que participan en la extinción del fuego e intentaban asegurar la estructura del inmueble.
Fueron necesarios más de cuatro días (102 horas) para que los trabajos de desescombro permitieran rescatar el último de los cadáveres de los diez bomberos muertos.
El edificio había sido construido en 1965 en el mismo solar que ocupaba otro inmueble de la misma empresa y que también había sido destruido por las llamas el 21 de enero de 1964.
Las plantas de los Almacenes Arias que quedaron en pie fueron demolidas por voladura controlada al mes siguiente del incendio (11 de octubre de 1987).
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