La siniestralidad laboral no se frena sólo con inspectores de Trabajo, pero éstos no lo tienen nada fácil para cumplir su tarea. En Euskadi hay un inspector o técnico habilitado de Osalan por cada 14.500 trabajadores.
Pero con la dificultad añadida de que la atomización de la empresa vasca hace que a cada uno de ellos le corresponda supervisar de media 2.823 centros de trabajo. En total hay unos 66 controladores para 186.306 empresas, de los que medio centenar son inspectores de Trabajo -dependen orgánicamente de la Administración central, aunque funcionalmente del Gobierno vasco- y 16 técnicos habilitados de Osalan, vinculados orgánica y funcionalmente del Ejecutivo autonómico.
Tanto los sindicatos como la Fiscalía especializada en temas laborales han reclamado a las administraciones que aumenten sus plantillas, ante el repunte registrado en el número de accidentes mortales en Euskadi. Un total de 66 trabajadores han fallecido en lo que va de año -prácticamente, el doble de los que reflejan las cifras oficiales-, lo que supone un incremento del 30% respecto al pasado año.
Frente a las cifras europeas de un inspector por cada 8.000 o 9.000 empleados, en Euskadi, de momento, el ratio es de uno por cada 14.500. La relación, sin embargo, se incrementa a uno por cada 18.000 empleados si sólo se contabilizan los dependientes del ministerio, que son los únicos con potestad sancionadora.
A su vez, el número de centros de trabajo en Euskadi asciende a 186.306, según datos del Eustat, en los que están empleados 880.002 personas. El 50% trabaja en empresas de menos de 19 empleados, una atomización que es especialmente relevante en los sectores que más sufren las consecuencias de la siniestralidad: construcción y servicios. Casi el 70% de los trabajadores de estos sectores pertenecen a firmas de pequeño tamaño, muchas de ellas especializadas en subcontratas, con la dificultad d control que ello supone.
Planes en la estantería
Sin embargo, pese a reclamar una ampliación de plantilla, los controladores son conscientes de que la reducción de la siniestralidad no pasa sólo por ellos. "No hay plantilla que sea capaz de investigar en todas las empresas", explica un inspector de Trabajo de Vitoria. Aclara, además, que la prevención de riesgos laborales es sólo una de sus ocupaciones, ya que también se ocupan de temas de Seguridad Social, atención a inmigrantes y asesoramiento en muchos otros temas.
Consideran los inspectores que el de la siniestralidad laboral es un asunto muy complejo y que está ligado a la cultura laboral, por lo que sus causas hay que buscarlas en el interior de las empresas y de los propios trabajadores. Y aunque admiten que con unos servicios de inspección mejor dotados de personal se podría intentar poner freno con mayor efectividad a la escalada de accidentes, apuntan también en otra dirección. Consideran que los empresarios han de cambiar su filosofía a la hora de gestionar la prevención en materia de seguridad y que los trabajadores deben exigirla. "No basta con elaborar el plan de prevención y dejarlo en una estantería. Esos planes, que muchas veces se subcontratan, requieren luego de una actualización constante y promover la formación de los empleados", critican fuentes de la Inspección de Trabajo.
Si se cumplen los planes de ambos gobiernos, es posible que para 2009 Euskadi se haya " acercado algo a la media europea" en lo que se refiere al número de inspectores, según apunta el director general de Osalan Ignacio Murguia. Habrá en torno a un centenar, de los que 56 serán inspectores y Osalan tendrá ya 45 técnicos habilitados.La acción de la justicia es otra vía para frenar la sangría de la siniestralidad. En 2006 se incoaron en el País Vasco 124 casos penales por esta causa -16 por accidentes mortales-, frente a los 8 de 2005. De las 30 sentencias emitidas el año pasado, 14 fueron condenatorias. La fiscal especial Edurne Miranda ya anunció "tolerancia cero" con los empresarios infractores. La Fiscalía apunta directamente a la responsabilidad de las empresas en muchos casos de accidentes que se podrían haber evitado, como también hace el Gobierno vasco y fuentes de la Inspección de Trabajo del País Vasco.
Incumplimientos
"Somos uno de los países que más certificados de calidad tenemos en las empresas, cuando eso no es obligatorio por ley. Eso lo exige el mercado. Sin embargo, el plan de prevención y su cumplimiento lo exige la ley, y hay muchos incumplimientos", denuncia un inspector.
Murguía opina que hay un problema de cultura en materia de prevención y que las causas de la siniestralidad hay que buscarlas en varios frentes. "Pero mientras algunos empresarios no se conciencien de que invertir en seguridad es absolutamente necesario, difícilmente se va a poder luchar eficazmente contra el problema. La no prevención sale cara: primero, en vidas, y después en dinero", insiste.
La propia ley de prevención establece algunos mecanismos para que los sindicatos, desde dentro de la empresa, mantengan una relación fluida con la Inspección, sobre todo en el sector de la construcción. "La Inspección está fuera de la empresa, pero los sindicatos están dentro. Con una mayor comunicación sería posible hacer prevención real, que es mejor que acudir cuando ya se ha producido el siniestro para imponer la sanción", apunta un funcionario de este cuerpo.
La Fiscalía también ha reprendido a las organizaciones sindicales en general por no personarse con más asiduidad en las causas abiertas por accidentes laborales.
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