Los padres de Vlad (21 años) aún no saben que su hijo ha muerto. "No se lo creen; les he llamado a Rumanía y piensan que es una broma", asegura Cursaru, amigo de Vlad desde que éste llegara, hace siete meses, a Madrid para trabajar, con lágrimas en los ojos.
Vlad era uno de los cuatro jóvenes rumanos que fallecieron la mañana del miércoles en un accidente en la M-119, cerca de Camarma, en el límite con Guadalajara. Todos iban en el mismo Renault. Su conductor, Valentih, de 19 años, acababa de sacarse el carné en su país natal.
"Tenía prisa por llegar"
"Llevaba con el coche dos semanas y estaba muy contento. Pero ese día tenía prisa, le habían llamado para que no llegara tarde a trabajar…", explica su hermano Stefan.
Ambos llevaban tres años trabajando en España, sin papeles. Una historia muy similar a la de Vlad y a la de Alexandru, otro de los jóvenes, de 24 años. Los tres eran amigos del barrio de Alcalá de Henares donde vivían y trabajaban en la construcción. El cuarto fallecido, F.C.C., de 42 años, también era rumano.
El siniestro se produjo en medio de una fuerte lluvia, al chocar de frente con un A-4 cuya conductora, de 34 años, sufre lesiones en la columna. Hace una semana murió otro conductor en la misma vía.
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