A partir del 2010, apenas habrá en Catalunya una treintena de mutualidades de previsión social, la quinta parte de las existentes en el 2003 y la mitad que ahora. Ese ajuste, más acelerado de lo que se preveía inicialmente, coincidirá con la entrada en pleno vigor del conjunto de normas Solvencia II, que muchas pequeñas entidades no podrán cumplir, según las previsiones de la Conselleria de Economia i Finances.
El protocolo normativo Solvencia II exigirá a las mutualidades, y a las aseguradoras en general, "identificar todos los factores de riesgo significativos y su interrelación", según una comunicación de la Federació de Mutualitats de Catalunya. Las entidades deberán implantar procedimientos de control interno. Se trata de un conjunto de reglas que pretenden elevar el listón de la calidad de la gestión empresarial.
Hoy constan en el registro de la Generalitat 107 mutualidades. Cuatro inmersas en procesos de fusión y 31 en liquidación. Esta evolución "es consecuencia de la dificultades de muchas de ellas por cumplir con los requerimientos necesarios para operar, así como de los procesos de fusión llevados a cabo para presentar proyectos más competitivos y facilitar su expansión", según Ferran Sicart, director general de Política Financiera y Seguros de la Generalitat.
REQUERIMIENTOS BÁSICOS
Este proceso ha hecho perder peso al sector. "En general, las entidades que se dan de baja, a parte de algunos procesos de fusión, tienen un peso muy bajo en el conjunto". En muchos casos son entidades sin apenas mutualistas y una presencia local.
El Ejecutivo catalán estableció hace dos años unos requerimientos básicos que todas debían cumplir: adaptar los estatutos a la ley, tener el fondo mutual constituido, contar con mecanismos de atención al cliente y llevar a cabo una verdadera actividad aseguradora. En caso de incumplimiento, debían fusionarse, ceder su cartera, constituir una asociación o disolverse.
Desde entonces se ha pasado de 152 a las 107 registradas. En realidad son ya apenas 72. "De ellas, ocho no están plenamente adaptadas", según Sicart. En ese periodo de tiempo se han producido dos altas (Medit, en el 2004, y Mutual Landis, que opera desde el 2006 y cuenta con el apoyo de Mutual Médica) y 47 bajas.
En el terreno de las fusiones destacan Mutual de Conductores, que integra a seis entidades, y la absorción de Mútua del Penedès por Previsora General en el 2004.
La Generalitat levantó en diciembre pasado la intervención que impuso a L'Aliança en el 2002, con CiU en el Govern. La primera mutualidad de Catalunya no fue la única que vivó una crisis. También Norton Life, Personal Life y Caixa Hipotecària, vinculadas al desaparecido Eurobank, protagonizaron crisis y fueron intervenidas por el Govern en el 2003. Remontada esta situación, Norton Life absorbió a Personal Life y el nuevo grupo, el segundo del sector en Catalunya, opera como Fortia Vida desde principios de este año. Mas Vida fue otra de las crisis sonadas, que acabó en la liquidación de la entidad en el 2002. Las mutualidades fueron, durante la etapa convergente en el Ejecutivo catalán, lugar de acomodo de exaltos cargos y de dirigentes de la federación.
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