Un 24% de las mujeres trabajadoras en España, el porcentaje más alto de la UE de los quince, tiene un empleo de alta tensión y están expuestas a altas exigencias, bajas posibilidades de desarrollar sus habilidades y una mayor probabilidad de padecer hipertensión.
Este alto porcentaje desciende al 21,2% en el caso de los hombres que también tienen un empleo denominado "de servidumbre", sólo superados por los trabajadores de Portugal, Grecia e Italia, según los datos facilitados ayer por Salvador Moncada, director del Centro de Referencia de Organización del Trabajo del Instituto Sindical de Ambiente, Trabajo y Salud (Istas).
Moncada presentó en rueda de prensa en Barcelona los resultados de este estudio en el marco del V Foro Istas de Salud Laboral, en el que varios expertos abordan desde ayer y hasta el próximo viernes los riesgos psicosociales en el trabajo y sus repercusiones en la salud de los trabajadores.
Este experto ha explicado que hace ya un par de décadas se estimó que el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares atribuible al trabajo podía ser del 16% para las mujeres y del 22% para los hombres daneses, mientras en España se considera que cerca de 7.500 muertes cardiovasculares al año se podrían atribuir al trabajo.
El Istas ha elaborado una encuesta de ámbito español sobre la exposición laboral a los riesgos psicosociales en el trabajo y su repercusión sobre la salud, entre cuyos resultados destaca que una parte importante de la población española está expuesta a niveles de riesgos psicosociales elevados, entre ellos, las elevadas demandas de trabajo, un escaso control sobre el mismo y poco apoyo.
En el estudio, ha explicado Moncada, se observan claras desigualdades sociales, de manera que los trabajadores con empleos menos cualificados están más expuestos que todos los demás a padecer riesgos en su salud, mientras que los que ocupan puestos de mando y dirección lo están también, pero mucho menos.
Las desigualdades son más acusadas cuando se analizan las condiciones de trabajo de las mujeres y de los jóvenes, que están más expuestos a padecer más riesgos de salud por la prevalencia notablemente mayor de doble presencia en el trabajo y en casa, bajo control sobre los tiempos de trabajo, poca autonomía y escasas posibilidades de desarrollar habilidades en el empleo.
Moncada ha considerado que en los últimos años se ha avanzado en muchas empresas a la hora de evaluar los riesgos psicosociales en la organización del trabajo, como en Cordoniu, que expondrá su experiencia en el V Foro Istas, y en sectores como la hostelería, cuyo convenio provincial de Tenerife contempla estas situaciones.
No obstante, queda mucho por hacer, según ha puntualizado Llorenç Serrano, secretario de Salud, Ambiente y Trabajo de CCOO de Cataluña, que ha reclamado a la administración catalana que, a la hora de registrar los planes de seguridad y salud en el trabajo de las empresas, se constate si se tienen en cuenta los riesgos psicosociales derivados de la organización del trabajo.
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