Un estudio llevado a cabo por profesores de economía de la Universidad de Columbia ha demostrado, con datos concretos, que la llegada de las tecnologías de la información (TI) a las empresas y a las industrias ha hecho que sus trabajadores fueran más productivos, al haber tenido que asumir nuevos conocimientos o funciones. Es más, el estudio sostiene que las TI no sólo ha tenido repercusión sobre la productividad, sino que han transformado por entero las organizaciones y las industrias en su totalidad.
Desde el lápiz más modesto hasta la más moderna PDA, todas las formas de tecnología que conocemos cambian la forma de trabajar del ser humana nada más ser introducidas. Idealmente, las nuevas tecnologías aumentan la eficiencia y la productividad. En los años 90, por ejemplo, se vivió un aumento de la productividad sin precedentes, principalmente por el auge de las tecnologías de la información.
Pero ese aumento de la productividad no le ha salido gratis a las empresas. La distribución de los sueldos tiene una correlación muy estrecha con la productividad de los trabajadores. Los economistas han teorizado que el creciente uso de las TI ha hecho que muchos trabajadores tuvieran que desarrollar nuevos conocimientos o funciones dentro de sus organizaciones. Evidentemente, cuanto más funciones tienen, más sueldo reciben. Pese a estas teoría, ha habido muy pocos estudios de relieve comparando la productividad o las funciones de los trabajadores antes y después de la expansión de las TI.
Los profesores de economía de la Universidad de Columbia Ann Bartel y Casey Ichniowki vienen estudiando este tema desde hace unos años y han demostrado fehacientemente la relación que hay entre las TI y las productividad del trabajador. Sus estudios se han basado en una industria tan concreta como la de fabricación de válvulas.
Los datos fueron recogidos mediante encuestas y con trabajos de campo directamente en las plantas de fabricación para comprender qué tipo de TI se estaban usando, cómo se medía la productividad y que efectos tenían en las funciones del trabajador.
Como muchas industrias, en los años 90 los fabricantes de válvulas empezaron a sustituir sus viejas máquinas por equipamiento que ya introducían TI. Este nuevo equipamiento tenía un aspecto muy parecido al antiguo, pero los investigadores de la Universidad de Columbia pronto descubrieron que detrás de este cambio, a priori poco visible, había en realidad un cambio radical de esta industria.
Comparaciones destalladas
Al haberse centrado en una industria tan específica, los investigadores han tenido la oportunidad de hacer comparaciones de productividad muy detalladas. “Tenemos que comparar manzanas con manzanas, midiendo los segundos en el tiempo de operación y los minutos en el de configuración del mismo producto antes y después de la llegada de las TI”, comenta Ichniowski, en un artículo publicado en la revista “Ideas at Work”.
Los investigadores hablaron con fabricantes, jefes de recursos humanos y trabajadores y les preguntaron respecto al tipo de tecnología en las plantas, sus impactos, cómo los productos han ido cambiando o sobre qué tipo de trabajo estaban haciendo.
En las plantas que adoptaron las nuevas tecnologías, los tiempos de configuración, fabricación e inspección de los productos fueron más rápidos, permitiendo a los fabricantes hacer más productos en un periodo dado de tiempo.
Más cambios
Según esta investigación, el aumento de la productividad no fue el único cambio. Las fábricas se hicieron, además, más flexibles. En el caso concreto de las fábricas de válvulas, el menor tiempo utilizado en cambiar una máquina para que pasase de fabricar un tipo de válvula a fabricar otro ha sido el factor clave para esta flexibilidad en los procesos de producción.
“Cuanto menos tiempo se consume más rentable es la producción, de tal modo que las TI han permitido que los clientes tengan a su disposición más variedad. Además, los consumidores pueden indicar online al fabricante exactamente cómo quiere un determinado producto”, comenta Ichniowski.
Por otro lado, las nuevas tecnologías de la información han cambiado el modo en que las personas que manejan las máquinas trabajan. Incluso en los niveles más sencillos, las TI requieren diferentes habilidades por parte de los trabajadores, y eso ha variado el modo en que éstos interactúan.
Por ejemplo, los trabajadores de las fábricas de válvulas en las que sí se han incorporado las TI se han visto obligados usar más la matemáticas, a resolver problemas y a trabajar en equipo. Esto las ha hecho competir de un modo diferente, permitiéndolas adoptar nuevas estrategias de negocio.
“Estos cambios significan que invertir en TI hace que los jefes y los trabajadores se tengan que enfrentar a nuevos retos para dirigir organizaciones esencialmente diferentes. No se trata sólo de instalar nuevo equipamiento”, puntualiza Ichniowski.
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