La primera versión del protocolo ACAP, diseñado para proteger los derechos de autor sobre los contenidos digitales que llegan a los buscadores por internet, será presentada esta semana en Nueva York. Asociaciones de editores, medios de comunicación y distribución de contenidos de todo el mundo han trabajado durante más de un año en una versión piloto de este Protocolo Automatizado de Acceso a Contenidos.
Se trata de un estándar abierto que permite a los generadores de contendidos online incluir en ellos un "código" que informa automáticamente a los buscadores de internet como Google o Yahoo de los términos bajo los cuales pueden utilizar esos contenidos.
Así, los motores de búsqueda pueden saber si el contenido que pretenden mostrar al usuario (obtenido a través del rastreo de las páginas web de periódicos y revistas) está protegido con derechos de autor o si lo pueden difundir libremente. De momento, la iniciativa -con la que colaboran 28 grandes organizaciones internacionales- se ha probado con el buscador francés Exalead.
"ACAP está diseñado para alentar a los dueños de contenidos de alta calidad a hacer que sus trabajos estén fácilmente disponibles en internet y también para reducir las complejas y costosas disputas entre proveedores y motores de búsqueda", aseguran sus promotores en la página web.
Los resultados de un año de trabajos y pruebas serán presentados el 29 de noviembre en Nueva York, y pondrán en evidencia, según el presidente de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN), el irlandés Gavin O'Reilly, "el carácter necesario del ACAP y el desastre potencial que supondría para la industria editorial mundial no protegerse con esta nueva tecnología". Tras su presentación, se pedirá a los editores, emisoras y difusores de contenidos online que implanten el ACAP y elaboren sus contenidos de acuerdo a ese estándar.
Demandas a los grandes de internet
La idea de diseñar este protocolo surgió después de que los dos principales periódicos francófonos belgas, "Le Soir" y "La Libre Belgique", denunciaran al buscador Google por reproducir contenidos de ambos diarios sin permiso explícito de las compañías editoras.
Google fue condenado por ello y, desde entonces, se han multiplicado los conflictos relacionados con los derechos de autor y la difusión de contenidos por internet.
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