Detrás de esa voz amable que atiende a los ciudadanos que llaman al teléfono de la Generalitat, el 012, existe una persona que cumple horarios abusivos con sueldos paupérrimos y en unas condiciones «vergonzosas» .
Al menos, así lo denunció ayer a Levante-EMV la Federación de Servicios Públicos de la UGT que considera inaceptable la situación de precariedad de las empleadas de este servicio público. Según denuncia el sindicato, estas personas trabajan en los sótanos del edificio administrativo Prop de la calle Gregorio Gea, que en su día fue estandarte de la modernización de la Generalitat.
El responsable de autonómicas de la FSP-UGT, Gonzalo Fernández, sostuvo que no se cumplen las medidas de seguridad e higiene en el trabajo ya que, entre otras deficiencias, estas personas cumplen jornadas interminables en un recinto que no está adaptado para albergar puestos de trabajo. Entre otras anomalías, al tratarse de un sótano no existe luz natural y se trabaja siempre con luz artificial. Por el mismo motivo, tampoco existe ventilación natural.
El edificio Prop ha tenido incluso problemas de pulgas. De hecho, recientemente desinfectaron el inmueble, provocando urticaria a varios de los empleados, según UGT. El servicio de atención al teléfono 012 está privatizado desde hace años. Bajo el mandato popular de Eduardo Zaplana la Generalitat contrató a una empresa privada para que prestara el servicio. La privatización fue denunciada por los sindicatos. Aunque en su momento desde el departamento de Administraciones Públicas llegó a firmarse un compromiso para que se revertiera el servicio a la Generalitat.
A lo largo de los años, la contrata ha ido pasando de una empresa a otra. También ha ido cambiando el personal, pero las condiciones no han mejorado. UGT subraya la existencia de horarios extremos y sueldos muy bajos. Es más, según ha podido saber este diario, los trabajadores han presentado ante la Inspección de Trabajo una denuncia en la que exponen su precaria situación laboral. Con esta medida tratarán de mejorar su situación.
No es el único caso en el que los trabajadores de contratas de la Administración se han quejado de sus condiciones laborales. Desde hace años, los empleados del teléfono de emergencias 112 de la Generalitat, servicio también en manos privadas, han denunciado públicamente de jornadas interminables y sueldos bajos.
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