La gripe no sólo se encuentra ya entre nosotros, sino que se extiende entre la población a pasos agigantados, superando los niveles epidémicos desde principios del mes de diciembre. La semana pasada, la enfermedad duplicó su incidencia, siendo 1.600 los afectados frente a los 800 de la primera semana de epidemia. Además, la Consejería de Salud reconoce en su último informe que las consultas en los centros de salud han aumentado de manera ciertamente notable por causa de la gripe, que ha saltado ya este año de la población infantil a la adulta.
Lo cierto es que por el comportamiento que la enfermedad está manteniendo hasta el momento se puede predecir que la de esta temporada será una epidemia gripal algo 'más virulenta' que la del pasado invierno, aunque tampoco se espera alcanzar cotas históricas.
Los aislamientos virales practicados hasta la fecha (36 en total, 23 del virus A y 13 del B) permiten a los epidemiólogos dibujar el perfil de la gripe de esta temporada: 'Habrá muchos más casos, será algo más fuerte y se propagará de forma más rápida', explica de forma sintética el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería de Salud, Mario Margolles.
El culpable de que la gripe vaya a ser más latosa que la del pasado invierno es, según indica, el tipo de agente vírico que parece querer imponerse y que más está afectando a los asturianos: el virus A. Esta cepa suele provocar epidemias más abultadas y concentradas en el tiempo. Se suele propagar de forma acelerada y aunque ha sido incluida en la vacuna antigripal de este año, dejará un elevado número de enfermos, señalan los expertos.
Los datos recogidos en la red de médicos centinela del Principado hasta el pasado día 15 de diciembre hablan ya de 1.600 afectados de gripe a la semana, el doble de los que se había contabilizado apenas siete días antes. Actualmente, la comunidad autónoma asturiana alcanza una tasa de gripe de 143 casos por cien mil, 'una cifra que supera ampliamente el umbral epidémico', fijado en sesenta enfermos por cien mil.
Los expertos ya han hecho sus predicciones y aseguran que lo peor de la gripe llegará a principios del próximo año. En concreto, en las dos primeras semanas de enero, recién inaugurado el nuevo año.
El informe sobre gripe elaborado por la Consejería de Salud precisa que aún es pronto para determinar a cuánto podría ascender el 'pico' de la enfermedad o, lo que es lo mismo, hasta dónde subirá la cota de incidencia. Y es que confluyen varios factores que, por un lado, contribuyen a propagar la enfermedad, con otros que la aplacan.
Así las cosas, los epidemiólogos señalan que nos podríamos encontrar ante un mayor número de enfermos debido a que se está detectando la circulación de un virus, el A, que suele provocar brotes más virulentos y extensos. Pero por otro lado, entre los virus aislados hasta el momento hay varios que ya han circulado ya que corresponden a epidemias anteriores, por lo que una gran parte de la población estaría ya inmunizada.
De ahí, que desde el Servicio de Vigilancia Epidemiológica se espera una gripe más fuerte pero con una onda epidémica que no superará, según sus previsiones, el techo de otros años, cuando se llegaron a declarar hasta 9.000 casos semanales.
Por lo demás, la enfermedad no presenta grandes variaciones con respecto a otras temporadas. Suele irrumpir de forma súbita, con fiebre muy alta y provocar malestar general, dolores musculares y escalofríos.
Al igual que otros años, la gripe suele venir acompañada en tres cuartas partes de los casos de tos así como de problemas en las vías respiratorias altas. Según datos recogidos por la Consejería de Salud entre una muestra de los enfermos de este año, en el 30 por ciento de los casos los afectados han tenido que coger la baja laboral. Eso sí, por el momento ninguno de lo enfermos ha referido sufrir complicaciones adicionales, tales como neumonía o sinusitis.
Hasta el momento, el área más castigada por la gripe está siendo el municipio Cangas del Narcea, seguido por los de Langreo y Avilés.
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