El próximo 1 de enero se cumplirán dos años desde que entró en vigor la conocida popularmente como Ley antitabaco, y, desde entonces, su consumo global en España se ha reducido el 10,4 por ciento, según señaló el viernes en una nota de prensa el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
En concreto, la prevalencia de fumadores adultos ha caído sustancialmente, lo que supone que a finales de 2007 hay 1.200.000 fumadores menos que en 2005, según se pone de relieve en un reciente estudio sociológico efectuado por la Sociedad Española de Patología Respiratoria (SEPAR), perteneciente al CNPT. Esta cifra podría resultar contradictoria con las ventas de tabaco, que apenas han descendido, pero como recuerda "casi el 40 por ciento de las adquisiciones las realizan hoy turistas o se llevan a cabo en un comercio transfronterizo estimulado por el diferencial de precios".
Por otra parte, siguiendo en la misma linea positiva, añade que la última Encuesta Escolar de Drogas evidencia que "se está acertando en el principal flanco de la prevención", que consiste en evitar que los adolescentes se inicien en el consumo. El dato concreto es que entre la población escolar de 14 a 18 años, la proporción de chicos y chicas que declaran haber fumado durante el último mes ha pasado del 21,5 por ciento al 14,8 por ciento, "lo que indica una reducción notable que no se producía en los últimos 10 años".
Además, para el comité, que agrupa a miles de profesionales sanitario, se debe destacar que gracias a esta disminución se han conseguido reducir los niveles de contaminación, en un 100 por cien en los centros de trabajo privados, en un 94 por ciento en los restaurantes libres de humo; en un 67 por ciento en las universidades; y en un 65 por ciento en las administraciones públicas. Al mismo tiempo, aunque no existen aún los datos totales, los indicadores de salud revelan en el caso de Barcelona que se ha reducido la morbilidad por infarto de miocardio del 11,4 por ciento.
FALTA DE IMPLICACIÓN EN LA APLICACIÓN
No obstante, en cuanto a su aplicación y a los planteamientos más generales desde los que debe enfocarse el antitabaquismo, recuerda que las actuales inspecciones son "claramente insuficientes" y una muestra de "desinterés" por parte de las administraciones responsables que permite "extender la idea de que si no se cumple la Ley no sucede nada".
Del mismo modo, recuerdan que el sector de la hostelería es considerado el "punto más débil" de la Ley, puesto que sólo regula los locales de 100 metros o más (20% del total), en este sentido podría haber un cumplimiento de la norma "manifiestamente mejorable". Y añade que se discrimina claramente a los trabajadores del ramo con respecto al resto de empleados que cumplen su jornada laboral en lugares cerrado donde no se puede fumar.
También, ve necesario "un incremento sustancial, y siempre por encima del IPC previsto" de los impuestos especiales del tabaco con el fin de desincentivar su consumo. Por contra, recuerda que "hacen falta recursos suficientes y estables para garantizar una asistencia de calidad para quienes desean abandonar el consumo de tabaco".
Asimismo, lamenta las discrepancias políticas que surgen ante este tema, y denuncia que, después del consenso inicial que facilitó la aprobación por unanimidad de la Ley en el Parlamento, se haya producido "una falta absoluta de acuerdo entre grupos políticos, trasladando el enfrentamiento a las administraciones estatal y autonómicas".
Ante este panorama, el CNPT propone "garantizar que todos los espacios públicos sean totalmente libres de humo", lo que a su entender "requiere un nuevo compromiso de los principales partidos y, lo que es más importante, la voluntad de llevarlo a la práctica". Al mismo tiempo, solicita la retirada del precio del tabaco del Índice de Precios al Consumo a partir de 2008 para facilitar una actualización anual de los impuestos del tabaco que "resulte realmente disuasorio" del consumo entre la población más joven.
Y, finalmente, aconseja presupuestar, conjuntamente con las comunidades autónomas, los recursos necesarios para ofertar una asistencia sanitaria de calidad, incluida en las prestaciones del Sistema Nacional de Salud. En este caso, demanda la creación y dotación de servicios específicos de apoyo, en los diferentes niveles asistenciales en todas las áreas sanitarias, incluida la financiación de terapias psicológicas y farmacológicas al conjunto de los fumadores.
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