La presentación de dos informes sobre la salud de medio millar de maestros y profesores de la comarca de Osona y del personal de 11 escuelas públicas del área de Barcelona sirvió a CCOO para denunciar que entre los docentes catalanes el riesgo de enfermar dobla al de otros profesionales de categorías similares y que la probabilidad de tomar tranquilizantes, antidepresivos y somníferos se multiplica por tres.
El mayor de los trabajos, llevado a cabo en el 2006 en el área de Vic, revela que las tres cuestiones laborales primordiales que perjudican la salud y el bienestar del profesorado de las escuelas de infantil y primaria son la existencia de alumnos de diferente nivel en el aula –lo que conlleva «una cantidad de trabajo inalcanzable si quiere hacerse bien»–, la falta de tiempo para llevar cabo muchas tareas distintas y la ausencia de tiempo para coordinarse con el resto de los docentes o para reflexionar sobre el trabajo.
Cuando la atención se centra en los institutos o en los colegios concertados que imparten ESO y Bachillerato las preocupaciones son otras. La falta de respeto de estudiantes hacia los profesores, incluidas las agresiones verbales, y la falta de interés del alumnado por aprender encabezan entonces la lista de conflictos que, con más frecuencia, se traducen en alguna afección psicosocial.
REIVINDICACIÓN
Tanto la nueva secretaria de la federación de enseñanza en Catalunya, Montserrat Ros, como la responsable de salud laboral, Esperança Pallàs, atribuyeron «el 90%» de los problemas de salud de los docentes a «la deficiente organización laboral», de la que hicieron responsable a la Conselleria d’Educació. «Necesitamos cambios en la organización del trabajo y queremos negociarlos», agregó Ros.
Los comentarios están cerrados.